¿A dónde va Áncash?
Creado el Martes, 10 de Diciembre del 2013 07:24:53 pm
El reconocimiento del déficit de 150 millones de soles hace más sombrío el futuro ancashino; se avecina el uso de préstamos bancarios, ejecución de obras por impuestos y pedidos de apoyo económico al Estado, como instrumentos necesarios de gestión pública para conseguir el financiamiento a las obras inconclusas, además de continuar con la rutina de ejecutar obras de menor envergadura.
Los efectos negativos de esta política regional se reflejan en la disminución de su aporte en la producción nacional de bienes y servicios. Así tenemos que, el año 2003, Áncash contribuía con el 3.85 %, en tanto que el año 2012 solo lo hizo con el 2.94%. El Producto Bruto Interno del Perú crece en promedio el 6% anualmente, mientras que nuestra región apenas lo hace al 2.5%. En consecuencia, no se ha realizado una inversión eficiente ni adecuada.
Con estos resultados nos preguntamos: ¿a dónde va Áncash? La sensación de ser la región que tiene más dinero nos está pasando la factura. La población solicita que se le solucione los problemas históricos de desarrollo urbano, tales como instalación de agua y desagüe, energía eléctrica, pistas, veredas, parques, locales comunales, etc., tanto de los pueblos jóvenes antiguos como los recientemente creados. El presupuesto del Gobierno Regional de Áncash proyectado para el año 2014 considera menos de 200 millones de nuevos soles para la ejecución de obras. Esta cifra es insuficiente para continuar con la ejecución de obras de desarrollo urbano, menos alcanza para financiar la construcción de infraestructura para generar desarrollo.
La falta de conocimiento en gestión pública y la limitada capacidad para entender el camino hacia el desarrollo por parte de nuestras autoridades regionales elegidas han sido las causas de la pésima gestión en favor de nuestra región. Necesitamos realizar cambios urgentes en la política regional.
Orientemos nuestro camino hacia el desarrollo dinamizando los sectores económicos que nos otorgan ventaja frente a otras regiones. La industrialización de la metalmecánica, nos puede dinamizar la economía. Tenemos una empresa siderúrgica que no es aprovechada adecuadamente como aliado del desarrollo. Como Gobierno Regional, dejemos de pensar en proyectos de desarrollo urbano; esa facultad le corresponde a las municipalidades provinciales y distritales, cuyo financiamiento lo pueden obtener de sus propios recursos o de fuentes nacionales. Hoy necesitamos realizar gestiones que nos permitan conseguir dinero para las obras de impacto regional.
Otras regiones ya crecen a mayor velocidad que la nuestra. La competencia por la inversión es cada vez más complicada, si no llegamos a crear condiciones para que el sector privado nos escoja, más tiempo demoraremos en iniciar y alcanzar un cierto nivel de desarrollo económico que nos permita mejorar nuestra condición de vida y asegurar el futuro de las nuevas generaciones. La demora será mayor si solo seguimos pensando invertir en fierro y cemento, postergando a la educación y formación profesional con principios y valores.
La mala costumbre de ejecutar obras de desarrollo urbano funcionales a corto plazo, en ciudades como Chimbote, nos debe preocupar. Debemos estar preparados para, nuevamente, con cada cambio de autoridad, la demora en ejecutar obras en los mismos lugares de siempre y con los mismos argumentos. Al parecer nunca tuvimos un presidente regional, simplemente fue un alcalde regional.
Mg. Econ. Luis Luna Villarreal
Decano del Colegio de Economistas Áncash Costa
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