Creado el Miércoles, 28 de Noviembre del 2012 03:27:34 pm

En estos tiempos de modernidad, el tiempo es apreciado por todos los que vivimos ocupados, entonces uno busca ganar tiempo para cumplir con los compromisos laborales; sin embargo, se hace complicado porque actualmente los vehículos motorizados que no tienen por qué ingresar al casco urbano, lo hacen porque no cuentan con una vía alterna para evitar el ingreso y el congestionamiento en la avenida Gálvez.

Para eso se necesita ejecutar la vía de circunvalación o de tráfico rápido, que permita que algunas líneas de vehículos ingresen a dicha vía, busquen vías alternas de ingreso al centro sin necesidad de utilizar las avenidas Pardo o Meiggs.

Haciendo memoria y buscando archivos periodísticos, encontré que el 24 de junio del presente año el alcalde provincial del Santa afirmaba que este año se acabaría con pistas y veredas en todo Chimbote. Asimismo, señalaba que la vía de circunvalación se hacia sí o sí en el 2012, con financiamiento regional o nacional.

Es de público conocimiento que se está ejecutando la obra de veredas en el casco urbano con una inversión de más 5 millones 600 mil soles, donde la Municipalidad Provincial del Santa ha aportado 600 mil soles. En tanto, la vía de circunvalación tiene un costo de 93 millones de soles.

Pregunto: ¿acaso no era mejor ejecutar la vía de circunvalación que remover las veredas que aún estaban en buen estado en el caso urbano? ¿Qué de nuevo o mejor se ha visto en estas “nuevas veredas”? ¡Nada! Por el contrario, los obreros paralizaron sus labores porque durante tres semanas no les pagaron sus remuneraciones, que es de lo que viven y se alimentan.

Aunado a ello, las críticas se ahondaron porque dichas veredas no estarían siendo ejecutadas con el material ni la proporción técnica adecuada, lo que hace prever de su poca durabilidad o resistencia.

Creo que el cálculo político le falló al alcalde provincial, porque, por más que inaugure dicha obra que no es novedosa, ha causado malestar en los moradores de nuestra provincia, sumado al excesivo tiempo para su ejecución.

Es una costumbre en su gestión la demora de las obras. ¿Será para justificar su costo? Bueno, eso lo saben mejor los ingenieros y arquitectos.

¿Qué dirá ahora el alcalde ante su promesa incumplida? ¡Nada! Mutis. Como sociedad civil tenemos derecho a exigir que se hagan obras que beneficien al grueso de la población, que solucionen problemas de congestión del transporte, que garanticen seguridad y tranquilidad a los pasajeros. Esa es parte de la labor de una autoridad edil: pensar en el bienestar de la población y no en cálculos o réditos políticos. Suponemos pondrá en ejecución dicha obra ad portas de las elecciones. De esos cuentos estamos cansados los chimbotanos y es hora de reaccionar.

No más engaños ni mentiras. Ojala que todos los pueblos jóvenes de Chimbote dejen de ser un terral para convertirse en lugares con veredas, pistas y áreas verdes para empezar a vivir con dignidad en una ciudad moderna, no como en un barrio popular. Con tanto dinero en la región, es hora de olvidarse del sectarismo y del populismo, y hay que empezar a pensar en todos los chimbotanos y no en un solo color político.

Sabino Ponce Roso

Decano del Colegio de Abogados del Santa

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