Creado el Lunes, 24 de Diciembre del 2012 04:15:27 pm

Pero hay un resultado mucho peor: una sociedad civil sin capacidad de reacción, cuyos miembros han caído en el amedrentamiento algunos, y en la tentación del dinero fácil otros. De nada sirven los millones que se inviertan en la región, sino hay un control responsable de su sociedad. La crisis moral que afronta Ancash involucra a personas y en ese sentido, es necesario revertir tal situación, asumiendo con mayor compromiso nuestro verdadero rol de ciudadanos.

No quiero ser reiterativo en señalar todos los actos corruptos del gobierno regional de Ancash que el Ministerio Público escandalosamente los ha cubierto de impunidad, o en deplorar el comportamiento inoperante de una Policía Nacional que sigue retrocediendo ante el avance incontenible de la delincuencia y de los tentáculos criminales de la corrupción.

En lo que si voy a ser reiterativo, es en el llamado a aquellos ciudadanos que siendo valiosos a su comunidad aún permanecen en la inacción, a esos pocos líderes políticos con reserva moral que temen hacerle frente a la calumnia que usa la corrupción, a esos destacados profesionales de la actividad privada que deben ser los ojos y la voz de una población estafada con obras sobrevaloradas y mal ejecutadas, a esos policías honestos que protegen de cualquier mancha a su institución, a esos pocos fiscales orgullosos de su función que defienden la justicia y la verdad, a esos magistrados justos que actúan según el mandato de la ley y su conciencia, y a esos periodistas valientes que cumplen con su noble misión. A todos ellos les pido, fortalecer su espíritu ante las amenazas y ante las tentaciones que les ofrece el poder, y a participar en esta sacrificada tarea de cambio que precisa nuestra sociedad.

Una sociedad sin la participación responsable y decidida de sus miembros para defenderla, se convierte en cuna de injusticias y deja el camino libre para que se instale la corrupción. Es tiempo de abandonar tal inacción. Estamos obligados a corregir esa degeneración moral hacia la cual hemos conducido a nuestra sociedad. No podemos seguir tapándonos los ojos ante la corrupción o compartiendo sin pudor alguno, sus sucios beneficios.

Luchar decididamente contra ella, se convierte en un compromiso que estamos obligados a cumplir, porque no podemos permitir que nuestros hijos hereden los resultados de la irresponsabilidad y cobardía de nuestros actos. Hacer frente a la mala gestión de los gobiernos y la complicidad de malos jueces, policías y fiscales, no solamente nos convierte en dignos ciudadanos, sino también en padres responsables.

Que la reflexión obligada en tus reuniones familiares de Navidad, te orienten hacia un cambio de actitud, no solo en tu entorno familiar, sino que se extienda a tu comunidad, participando activamente y enfrentando con valentía los males que la aquejan, lo que hará posible la construcción de una nueva sociedad, más justa, de igual oportunidad para todos sus miembros y en donde predomine la afirmación de los valores morales.

La semilla que siembras en tu hogar, haz que brote en la sociedad.

César Córdova Ponce

Director de la revista La Voz del Pescador

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Foto: bo.kalipedia.com

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