Creado el Jueves, 27 de Diciembre del 2012 12:04:36 am

Y a pesar de la supuesta buena voluntad de las autoridades que nos gobiernan para poner freno y fin a estos actos, no se ha logrado controlar; sino que, erróneamente, se ha pedido la declaratoria de emergencia y, después, la declaratoria de emergencia policial, no contemplada en la Carta Política del Perú.

Hace pocas semanas, luego de la muerte del alcalde de Casma, José Montalván, el pueblo casmeño salió masivamente a las calles a exigir la captura de los asesinos… y hasta ahora nada.

Ha pasado buen tiempo desde la muerte del exacalde de Huarmey Pedro Tapia, del periodista Pedro Flores, del fiscal Luis Sánchez Colona, del niño Manuelito, etc., etc., y no se tiene a ninguna persona detenida ni menos condenada por dichas muertes, lo que genera un rechazo de la población civil hacia sus autoridades.

Actualmente el poblador chimbotano casi no cree en la Policía, en el Ministerio Público, en el Poder Judicial, en el Gobernador, etc. Más bien cree que dichas autoridades estarían sometidas al poder político del gobierno regional y, eso sí suena creíble por los hechos que suceden.

Allí tenemos a los fiscales anticorrupción cesados sin motivo justificado, el caso de ‘La centralita’, cuyo avance en la investigación se impide, las amenazas de muerte a los fiscales anticorrupción y al decano del Colegio de Abogados. Es decir, como en un vehículo, la historia y la política parecieran contar con distintas alternativas de marcha.

Entonces, haciendo un poco de “parasociología” (como reconocía hacerlo Jauretche), descubrimos que la “caja de cambios de la historia” ha permitido marchas de avance a distintas velocidades, siempre en pos del adelanto económico y social, y la marcha atrás o contramarcha, que tantas veces nos retrotrajo a la dependencia y el retroceso. Laclau ha explicado el modo en que algunos de esos avances se movieron en torno de múltiples demandas convergentes. Y, actualmente, la realidad nos muestra la necesidad urgente de que la población marche contra la corrupción y la impunidad, males sociales que confluyen como causa y efecto, generando muerte y dolor en muchas familias que, sin buscarlo, se han visto envueltas en un manto de tragedia que solo el tiempo tal vez logre reparar.

Hace pocos días el Frente de Defensa de la Provincia del Santa realizó una marcha exigiendo, entre otros puntos, más seguridad ciudadana y otros cuya solución depende de las autoridades que nos gobiernan; sin embargo, lo que ellos buscaban era desacreditar al decano de los abogados por defender a la magistrada proba Nancy Moreno vinculándolo con defender la corrupción.

Esa es una contramarcha que desacelera el deseo de justicia, de progreso de nuestra ciudad que ve peligrar el cúmulo de inversiones si la violencia, la extorsión y las muertes continúan al ritmo de ahora. Esa marcha fue a favor de la corrupción y la impunidad, y el tiempo dará la razón. Por el contrario, tenemos dos claros ejemplos: la gran marcha en Argentina con el ‘cacerolazo’ y, en el Perú, por la recuperación de la democracia durante el régimen fujimorista; dichas marchas han permitido la mejora económica y social del país.

La marcha del 27, en Chimbote, exigiendo que los actos de corrupción de nuestras autoridades se acaben y que los responsables de las muertes descritas sean condenados, creo que es la ruta correcta que permitirá a la población vivir en paz, con justicia, y eso no es avalar la corrupción. Entonces, ¿no cree que es mejor marchar que contramarchar? Los esperamos.

Sabino Ponce Roso

Decano del Colegio de Abogados del Santa

Escuche la versión radial de LA COLUMNA DEL DÍA

{audio}columnaponce20.mp3{/audio}

Noticias relacionadas