Ver para creer
Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:24:23 pm
-Ella cursaba el último año de Ingeniería agroindustrial en la Universidad Nacional del Santa. Tenía 22 años y, ya se proyectaba a tener una pequeña empresa. Planeaba casarse al año siguiente. y esto nos recuerda, con nostalgia, el abnegado padre de familia.
-“Ella era una muchacha muy responsabilidad... En todo acto; tanto en sus estudios como acá en casa. En sus estudios, últimamente como ingresó a la Universidad Nacional del santa, porque ella nunca quería faltar. Siempre estaba atenta a sus estudios. Ella estaba estudiando Ingeniería industrial y cursaba el cuarto año de su carrera”.
Él esperó en su fe la sanidad de su hija mayor, que luego de dos años de padecimientos y dolorosas quimioterapias, murió como consecuencia de una enfermedad a la sangre; es decir, con leucemia.
-“Bueno, pues, nos causó sorpresa cuando ella tuvo leucemia. Luego de ello, nosotros tuvimos que llevarla a Lima hasta que ella falleció, buscando las cosas del señor. Que te digo, fue la hija más querida entre la familia”.
Hoy; Esteban, un tanto resignado, con un semblante más luminoso se sumerge a recordar que agotó todas las posibilidades médicas, y finalmente se acercó a la fe cristiana en pro del bienestar de su amada hija Eva; quién en su lecho de muerte sonrió y animó a su padre a acercarse a Dios.
-“Bueno, yo conversé con ella y me dijo: papá, espero que Dios haga su voluntad en mí. Claro nos hace falta su presencia, pero nos conformamos porque, también nosotros, estamos en las cosas de Dios”.
Las situaciones difíciles pueden atemorizar (como a los discípulos, que asustados por las posibles represalias de los judíos se mantenían ocultos en una casa) e incluso alejar a los hombres de su fe.
Hoy en día nos encontramos con personas como Tomás, discípulo de Jesús, que esperan una prueba visible de la resurrección. Y el padre Luis del Carpio, párroco de la iglesia Nuestra señora de Guadalupe y capellán del Hospital Regional “Eleazar Guzmán Barrón”, nos cuenta quién fue Tomás:
-“Bueno, habría que ver muchos aspectos. En principio, tenemos que aferrarnos al evangelio. En el evangelio se ve como Tomás, un hombre que acompañó a Jesús, vio sus milagros, escuchó su palabra, sus parábolas. Vio todo lo que realizaba: como los ciegos veían, los sordos oían, los mudos hablaban, los leprosos quedaban limpios, los endemoniados liberados y hasta los muertos vueltos a la vida. O sea, humanamente tenía en su conocimiento muchas pruebas para creer. ¡Para creer! Pero es ahí, en los momentos de dificultad o de miedo como los apóstoles huyeron le entró la duda, ¿no?”.
Tomás el discípulo, quién fue testigo de los prodigios de Jesús tuvo dudas:
-“La duda. La duda es uno de los medios que el diablo utiliza, un poco, para retrasar nuestro avance hacia la salvación”.
Tomás, también se encarna en nuestra realidad; hoy:
-“¿Cuántos Tomases tenemos en la actualidad? Yo creo que muchos y, tenemos que empezar por el mismo clero, de los mismos consagrados, ¿no?, que está siempre su duda y no quieren arriesgar ¡ah! ponerse en las manos de Dios y dejar que Dios haga en sus vidas lo que él quiera. En el hospital, a veces, la gente por más religiosa que sea duda de la presencia de Dios; porque dicen por qué Dios me castiga así, porque tengo que sufrir tanto, porque lo otro. Y por tanto dudan de Dios. Dudan incluso de ellos mismos y de su propia sanación y curación.
Tomás le dice, ¿no? Tomás le dice a sus compañeros, a sus apóstoles: no creeré hasta no ver, hasta que no palpe la herida de su costado y ponga en sus llagas; pero también le dan una orden, que en adelante no seas incrédulo sino hombre de fe. La fe es creer, es confiar que Dios sea Dios en mi vida no el dios que me fabrico o el dios que el mundo me ofrece o el dios que me conviene. No podemos probar, o sea, y yo te voy a decir ahorita te voy a dar una prueba y decir que el sol se vaya más allá. No podemos, ¿no? No te voy a decir Dios va existir y ahora tu enfermo se va a levantar y va a correr. No podemos. O sea, la prueba de la fe está en la confianza de la persona y yo creo y por lo que creo, sé que Dios me va apoyar, me va ayudar. Claro el cristiano no es solo en el momento de bendiciones sino en los momentos de alejamiento, de oscuridad. Tenemos la prueba de los santos, ¿no?, algunos dudaron. Sus noches negras, sus noches vacías. Sus tiempos vacios y, pero se mantuvieron aferrados. Y eso es lo que los mantuvo siempre fieles”.
No nos esforcemos en tener pruebas para demostrar la fe o la existencia de Dios; sin embargo, es él quien nos pide aguardar con esperanza y confianza.
Escucha el audio del informe de la semana:
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