Para meditar
Creado el Martes, 27 de Mayo del 2014 07:05:27 pm
En cualquier momento del día podemos encontrar la oportunidad de crear o descubrir algo muevo, pues para ser creativos no necesitamos ser geniales como Einstein, Darwin o Leonardo Da Vinci, ni raros y extravagantes como Dalí, ni poderoso y millonario como Bill Gates. Si estos fueran los parámetros, pocos serían los creativos. La creatividad es una habilidad que puede ser desarrollada en cualquier momento, por cualquier persona, mientras realiza actividades incluso rutinarias y sencillas. No se necesita ser especial o distinto. Solo es preciso desearlo. (Perseverar para descubrir*).
Cuentan que en una hora de profundo abatimiento, Thomas Alva Edison, el genial inventor, observaba a una hormiga que subía por la pared. Se entretuvo largo rato poniéndole obstáculos para echarla abajo, pero ésta subía nuevamente. Luego de un rato, el sabio se dijo: “Imitemos a la hormiga” y se puso a trabajar. Edison, como buen científico, fue capaz de aprender de la persistencia de la hormiga, pero ¿cuántas veces en la vida encontramos en el primer obstáculo el pretexto para detener la lucha?
La persistencia es un indicador de la fortaleza que debemos tener para perseguir nuestras inquietudes, por más difíciles que éstas sean. En esto, Thomas Alva Edison es un modelo. Su vida nos enseña que para ser un gran descubridor no sólo se precisa tener una inquietud, mucha creatividad y persistencia, sino que también es necesario poder aplazar la gratificación y contar con un orgullo a prueba de balas. Durante su búsqueda permanente, sean cuantos fueran los intentos, el objetivo para él siempre fue concretar su propósito. Así, logró patentar más de mil quinientas ideas: un telégrafo múltiple, la lamparilla incandescente (luego de dos mil cuatrocientos experimentos), el primer ferrocarril eléctrico, el gramófono, una cámara cinematográfica de alta velocidad, además de involucrarse en una gran cantidad de negocios.
Finalmente deseo compartir esta breve historia extraída del libro “El líder interior” de David Fishman. “Un maestro que movía sus manos junto a una vela encendida en un cuarto iluminado le preguntó a su discípulo qué era lo que veía. Este respondió: “veo tus manos moviéndose”. El maestro apagó la luz, dejo la vela encendida y preguntó: “¿Qué ves?”. El alumno contestó: “Veo el reflejo de tus manos contra la pared. Parecen sombras de animales gigantes”. Luego, el maestro apagó la vela y le preguntó de nuevo que veía. Este respondió: “No veo nada”. Entonces, el maestro le explicó: “Discípulo, lo mismo ocurre en la realidad: nuestra visión depende del nivel de iluminación que tengamos en nuestra vida”.
Si vivimos en negatividad y angustia y no controlamos nuestra mente, estaremos en la oscuridad, sin capacidad de ver nada. Una iluminación escasa nos hace ver sombras distorsionadas de la realidad y vivir con miedo, creyendo que son reales. Solo si vivimos iluminados, con la luz encendida en nuestro interior, podremos ver la realidad tal como es.
(*) Ambas historias han sido extraídas de libro: “Creatividad para el Cambio”, de Liliana Galván.
Felipe Llenque Tume
Pastdecano del Colegio de Licenciados en Administración (CORLAD Chimbote)
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