El beso de Judas
Creado el Jueves, 18 de Abril del 2013 03:55:09 pm
El bus que se fue al abismo y del que solo 6 personas sobrevivieron (no se sabe, realmente cuántas han muerto, pues se habla de un bus atestado que se detenía en el camino para subir gente ávida de viajar sin el menor de los cuidados), es un caso recurrente en nuestras pistas; veamos: esas empresas –las que viajan a la sierra, generalmente– tienen la “suerte” (desgracia para sus usuarios) de pasar fácil toda revisión técnica habida y por haber; además gozan de la “vista gorda” de quienes se encargan de supervisarles en el camino (aquí hay que incluir a Transportes y malos efectivos de la PNP). Además, los dueños de los buses exigen a sus choferes sin importarles sus horas de descanso, por decir lo menos. Siempre tenemos que llorar víctimas, siempre tenemos que ver pérdidas absurdas de vida.
Por otro lado, y para colmo de males, los medios nos han hecho ver las pésimas condiciones de trabajo de médicos y profesores que tienen que viajar tan lejos para asistir a las poblaciones excluidas. Muchas veces a riesgo de sus vidas y casi siempre en condiciones tan caóticas que ni siquiera gozan de agua potable ni desagüe; pero el Estado hace nada para mejorar la situación de esos servidores. Veíamos las redes sociales y ¡¡qué vergüenza y pena!!, se está haciendo una colecta entre amigos y colegas para ayudar a las víctimas de dicho accidente que laboraban en el sector salud. Este servidor siente en carne propia el sufrimiento de esas familias por jóvenes médicos que fueron ninguneados por la señora economista Midori de Habich, ministra de Salud, esa señora que afirmaba (en el colmo de la ignorancia) que los serumistas y los profesionales que hacen especialidad (residentes) ¡¡no son médicos!!; pues hemos sido testigos de las muy peligrosas condiciones de trabajo de los galenos al ir a la sierra liberteña a visitar a la hija que hacía su obligatorio Serum.
Esa señora de inmediato viajó a Trujillo para dar “El beso de Judas” a los deudos, esa es la señora que se niega a mejorar las condiciones remunerativas de los profesionales de salud, es la misma funcionaria que, desde Lima, niega la condición de médicos a los galenos que cumplen su función como profesionales; ella argumentaba que aún no eran profesionales. Nos preguntamos ¿y cómo ejercen la profesión? ¿Entonces cometen el delito de ejercer sin tener título? Esperamos que se retracte. El caso es que entre ese grupo de hoy extintos profesionales había varios con el famoso contrato CAS, lea bien: sin beneficio alguno. Por eso, su beso en la mejilla a los familiares, es el de Judas.
Igual es el caso del viceministro de Educación quien, también para las cámaras, viajó a Trujillo para dar sus condolencias a maestros que solo eran contratados, es decir, sin gozar de derechos laborales. Así son nuestras autoridades en el Perú, este país de la inclusión social, este país que, como dicen los medios, “es el engreído del mundo por su crecimiento económico. Hasta pronto.
José Cedeño León
Catedrático de la Universidad Nacional del Santa
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