Creado el Miércoles, 19 de Septiembre del 2012 02:54:27 pm

¿Estamos obligados a vivir secuestrados y atemorizados por el terror, por criminales contratados por autoridades políticas y gobernantes regionales y locales? En este momento vivimos una situación delicada de la que muy poca gente se da cuenta. Ya no se trata solamente de amenazas, se trata de una situación maquiavélica de pretender instaurar terror y miedo para gobernar indefinidamente aprovechándose de la pobreza e ignorancia de la gente humilde.

Las amenazas comprobadas por la policía debido a las llamadas o mensajes remitidos al celular de la fiscal Jenny Vilcatoma, qué casualidad, surgen después de que la referida fiscal dispusiera remitir el caso ‘La centralita’ a la Fiscalía de la Nación para que continúe con las investigaciones por tratarse de un proceso emblemático.

Sin embargo, creemos que los fiscales se habrían visto presionados para archivar el caso, por dicho motivo decidieron enviarlo a Lima, donde se cuenta con mejor logística en todo sentido. Y eso no le ha gustado a los involucrados en dicha investigación, que habrían bosquejado la operación ‘amenaza de muerte’.

Desde aquí y públicamente hemos dado y seguimos dando el respaldo a los magistrados amenazados; sabemos que la magistrada Vilcatoma está a punto de renunciar –si no lo ha hecho aún– por las amenazas recibidas en virtud del pedido de su familia. Hacerlo es permitir que el terror la amilane y se pierda a una magistrada decidida a buscar que se haga justicia, le cueste a quien le cueste. Aunque al final solo ella tiene la última decisión. Si sale voluntariamente, respetaremos su decisión. Lo que no respetaremos es que venga una orden superior y decida su cambio o destitución del cargo. Eso no. Porque ello significaría que la corrupción ha tocado la puerta del fiscal de la Nación, y no vamos a permitir que le dé la espalda a un pueblo sediento de justicia para favorecer a políticos que encubren a delincuentes.

Por ello, es hora de que todos los fiscales del Distrito Judicial del Santa se pongan también de pie y reclamen independencia y respeto a sus decisiones y se solidaricen con sus colegas fiscales amenazados, ya que su presidente de la Junta de Fiscales no lo hace; no sabemos cuáles son sus razones para mantenerse callado.

Pero lo más grave es que se está tocando fondo al pretender quitar la vida, atentando contra el valor más supremo, y por dicho medio se pretende acallar o mantener atemorizados a los magistrados. Luego nos preguntamos: ¿quiénes seguirán? ¡Basta!, debemos decir. Todos venceremos al terror, porque primero están la vida y la democracia.

Sabino Ponce Roso

Decano del Colegio de Abogados del Santa

Escuche la versión radial de LA COLUMNA DEL DÍA

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