El Judas que llevamos dentro
Creado el Lunes, 3 de Marzo del 2014 07:01:19 pm
Miles han librado una lucha interna entre la fortaleza de sus principios morales y el Judas que todos llevamos dentro, ese que aconseja ganar el dinero de manera fácil o sacar provecho de puestos y cargos claves que suelen ser imprevistos y muy pasajeros en un gobierno improvisado; y muchísimos de esos miles han sucumbido ante él. Esta lamentable condición ha enfermado a nuestra sociedad civil, estableciendo la conveniencia como regla y el oportunismo como práctica común entre sus miembros. De más está nombrar tantas decepciones entre los muchos que se convirtieron en “comandos” de manera repentina, defendiendo a un gobierno regional ineficiente, de comportamiento irregular y frecuentemente denunciado por presuntos actos de corrupción.
Para mantener esa tara social, astutamente, César Álvarez los ha complacido con puestos de trabajo, lotes de vivienda en invasiones que él mismo ha fomentado, electrodomésticos de regalo en campañas electorales, pagos en movilizaciones “populares”, o con favores políticos. Es decir, ha gobernado para satisfacer las demandas personales de sus “comandos”, soportes de su irresponsable gobierno.
Se puso de espaldas a la realidad de Ancash y su necesidad de desarrollo; se olvidó del concepto de Estado y de visión país; convirtió a nuestra región en minero dependiente y no se preocupó por instalar y desarrollar nuevas alternativas productivas; confundió su condición de presidente regional con el de opositor al gobierno central; se dedicó a dividir a los ancashinos, a polarizarlos, a crear y a alimentar el rencor, a insultar a sus representantes legítimos, mancillando honras y difamando; desvió sus ojos de Chinecas, del terminal portuario, de las vías de evitamiento y de circunvalación, para ponerlos en los codiciados diezmos que la corrupción ha instalado en las obras de cemento y deterioró la salud moral de “su pueblo”. Un triste remedo de líder y una vergonzosa muestra del aprovechamiento politiquero.
Felizmente el fracasado paro regional promovido por César Álvarez deja en evidencia la esperada fuga de quienes ya advierten su pronta caída. Es hora de que cada ancashino empiece a vencer al Judas que llevamos dentro.
César Córdova Ponce
Director de la revista “La Voz del Pescador”
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