LA COLUMNA DEL DÍA | Deserción escolar y educación a la deriva
Creado el Martes, 29 de Septiembre del 2020 02:59:30 pm
Como todos sabemos, la educación es la piedra angular de todo proceso transformador en una comunidad o un país. Los paises denominados “Los Tigres del Asia”, como Corea del Sur, llevaron adelante un proceso de desarrollo continuo luego de implementar ininterrumpidamente una revolución educativa que los convirtió, entre la década del 60 y los 90, de países atrasados en países emergentes, y hoy países industrializados. Actualmente, Corea del Sur es uno de los doce mayores estados comerciales del mundo, cuya economía es dominada por conglomerados industriales y grandes empresas como Sansung y Hyundai.
Las experiencias de los países asiáticos y de otras latitudes del mundo ponen en evidencia que la educación y el desarrollo científico y tecnológico se convirtieron en las locomotoras que cambiaron su historia. Para ello se tomaron decisiones políticas con soporte técnico, que privilegiaron el financiamiento del sector educación, ciencia y tecnología como el motor de su desarrollo.
Antes de la pandemia, la educación peruana era una de las más atrasadas del continente. Hoy, con la pandemia, la situación se ha vuelto más crítica, poniendo en evidencia que el pequeño esfuerzo que hace el gobierno es solo para salvar el año, entre un mar de dificultades y brechas que desnudan la pobreza del sistema educativo.
Como sabemos, el 12 de marzo se suspendieron las clases presenciales en todo el territorio nacional, y en abril gradualmente se iniciaron las clases a distancia y luego se lanzó el programa “Aprendo en casa” para impartir clases a través de la televisión, radio e internet.
Hace unos días el ministro de Educación reconoció que son “unos 300 mil los escolares que han quedado fuera de la educación”; sin embargo, el sindicato de maestros, Sutep, aseguró que este año “más de un millón de estudiantes habrían abandonado sus estudios porque no pueden acceder a la educación remota”.
En mi reciente visita a algunas provincias de la región Áncash, al conversar con maestros, padres de familias y alumnos, he constatado el viacrucis que pasan todos los actores del proceso educativo. Hay instituciones educativas donde la deserción escolar o participación irregular está entre el 10 y 50% de los alumnos, siendo más crítica la situación en las zonas rurales donde hay dificultades para la conexión por TV, radio o internet. Las dificultades son múltiples: contagios en la familia, falta de economía por la pérdida de trabajo, falta de recarga de los celulares, mala conectividad en zonas rurales y asentamientos humanos, y en muchos casos los niños o niñas se han visto obligados a trabajar para ayudar a la economía familiar.
Es evidente que en estas precarias condiciones, los niveles de logro educativo en la escuela pública se han deteriorado. Los maestros han abandonado las evaluaciones cualitativas de los aprendizajes como el desarrollo de pensamiento crítico y creatividad; incluso el seguimiento y retroalimentación de las sesiones que realizan los maestros con sus alumnos tienen muchas dificultades.
Como vemos, la educación, que es la piedra angular para impulsar sostenidamente el desarrollo de las regiones y el país, sigue en cuidados intensivos. Luego de la pandemia, necesitamos una revolución educativa que refunde el país. Si no lo hacemos, seguiremos siendo un país atrasado que solo exporta materia prima y no utiliza la ciencia y tecnología para transformar los motores productivos y el futuro del país.
* Gabriel Mejía Duclós es ingeniero agrícola con especialización en ingeniería de recursos agua y tierra, 25 años de experiencia en gerencia y dirección de instituciones públicas y privadas vinculadas al desarrollo social, económico y gestión ambiental, ex candidato a la Gobernación Regional de Áncash.
Foto referencial: https://www.unicef.org/peru