Hoy trabajo, mañana no
Creado el Martes, 12 de Marzo del 2013 07:18:50 pm
Afirmar que un país económicamente se encuentra bien, pero a la vez la clase trabajadora reclama que no le llega esas mejoras, significa que algo no funciona adecuadamente en el sistema económico; a nuestro entender, falta sincerar la magnitud del crecimiento económico y la capacidad que tiene para solucionar las necesidades de la población. Es cierto que el Perú crece en promedio 6% su PBI anualmente desde el año 2001, pero ese incremento anual no alcanza para satisfacer las necesidades postergadas de los pobres ni la mejora remunerativa de los que tienen un puesto de trabajo. El Gobierno del Presidente Ollanta Humala ha decidido priorizar el gasto del presupuesto del sector público para la reducción de la pobreza vía los programas sociales, relegando las mejoras remunerativas a la masa laboral. Por eso, se crean y recrean programas sociales dejando de lado la implementación de políticas remunerativas claras a favor de los trabajadores y la aplicación de políticas fiscales para reducir el desempleo.
El problema se agobia más cuando el Gobierno Regional, en vez de destinar la inversión hacia proyectos productivos que generen empleo permanente, lo destina hacia proyectos de infraestructura generadores de empleo temporal, tal como ocurre en Áncash; por eso del 100% de la Población Económicamente Activa (PEA), el 22% tiene empleo estable, el 8% son desempleados y el 70% pertenecen al sector del empleo disfrazado cuya característica fundamental es el no gozar de un empleo estable.
A mi criterio, es el empleo y su nivel remunerativo el que determina si una sociedad mejora su nivel de vida. En Áncash, el principal inversionista es el sector público y su objetivo, al momento de invertir, dista mucho de pretender mejorar el nivel de empleo o el de generar empleo permanente. Por su propia naturaleza económica, las empresas constructoras, ganadoras de los procesos de licitación, contratan trabajadores hasta la culminación de la obra; es decir, el trabajador es contratado temporalmente, luego nuevamente pasan a engrosar las filas del desempleo hasta que consigan trabajar en una nueva obra.
¿La dignidad y el mejor nivel de vida, con este tipo de estrategia o política regional, seguirán postergados hasta cuándo? Solo depende de la voluntad popular.
Mg. Econ. Luis Luna Villarreal
Decano del Colegio de Economistas Áncash Costa
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