Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:28:08 pm

Ahora, nuevamente estaba frente a los apóstoles. Es ahí cuando les encomienda la misión de evangelizar. Pero evangelizar no solo se resume a hablar de Dios, sino de hacer, de ser testimonio. Las vivencias, en coherencia con las ideas y el hablar, son el testimonio de una vida plena.
Hoy, en un mundo mucho más necesitado de Dios y con la fe apagándose por la indiferencia, llevar las Buenas Nuevas ya no es solo un asunto de obediencia, sino de amor y servicio para con el prójimo. Al anunciar el evangelio se puede lograr reanimar la fe, transmitir el lenguaje de Dios a través del bautismo y servir con pequeñas acciones dentro de la comunidad. Cada día es propicio para dar testimonio de un Dios vivo, que ha resucitado y está a la derecha del Padre.
La conversión se nota en la forma de vivir y actuar. Los discípulos se habían convertido, pero durante la muerte, el sepulcro y tras la resurrección de Jesús se mantenían ocultos por el miedo a las reacciones de los detractores de su Maestro. Cuando Jesús se muestra, la fe y la pasión por el anuncio del evangelio renacen. Nosotros podemos caer, entristecernos, pasar por un periodo de desesperanza, pero también tenemos la opción de fortalecernos y esperar en Dios el cumplimiento de su promesa de amor perfecto.

Escucha el audio del informe de la semana:

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