Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:24:51 pm

Es el llamado de un Jesús preocupado por la debilidad humana y la consecuencia, en su propia vida y felicidad eterna, que trae consigo de caer en pecado.

En la vida cotidiana, es común la desobediencia de los hijos. Sin embargo, la represión de la madre puede corregir a su retoño y enderezar el camino que podría torcerse si no hay confianza y un guía personal y espiritual. Y, si el hijo continúa en su rebeldía, se solicita la intervención del padre.

La Licenciada María Aguilar Chávez, con 17 años de experiencia en pedagogía en el área de Educación Religiosa y con toda una vida de servicio al prójimo, observa que en cada aula de colegio hay siempre un joven difícil de tratar, pero con asesoría y lucha espiritual, se puede conseguir el cambio de actitud para una persona en formación.

Hoy, tenemos más posibilidades de enderezar el camino de un niño o adolescente y no hay necesidad que, cuando sea joven o adulto, sea tratado como el publicano del que nos habla Jesús, que no es más que una persona que no asimila la verdad y se mantiene en su propio error. Pero para la corrección se requiere del apoyo de la familia y de la sociedad. y sobre todo, oración.

Los seres humanos vivimos en la condición de hombres de carne, pero también de seres espirituales y se nos ha regalado un don especial; el servicio para con cada hermano. Por eso, al sabernos en falta, los amigos verdaderos se harán presente y nos tenderán la mano para no caer al resbalar del sendero de la luz.

Escucha el audio del informe de la semana:

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