Sal y luz del mundo
Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:27:01 pm
con toda la adrenalina de la juventud, eligió la vida sacerdotal para servir a la comunidad.
Dios no busca personas perfectas para servir. Dios le ofrece la mano a todos y nos entrega un don especial. La idea es ser ‘diferentes’ en el sentido de hacer buen uso del don recibido. Consiste en ayudar al prójimo a ver la luz del conocimiento, la fe y la sublimidad de la vida. A medida que avanzamos, hay muchas trabas, pero con tenacidad, todos tenemos la misma posibilidad de lograr nuestras metas.
En ocasiones, hacer el bien implica rebelarnos a alguna circunstancia que lastiman a nuestros hermanos. O, también, proponer soluciones frente a problemas tan sencillos que duermen acurrucados por la somnolencia del desgano. En cualquiera de los casos, ayuda hacer algo por el bien, ya sea de la familia, de la comunidad o de quién lo necesite.
“Se enciende una lámpara para que alumbre… a todos los de la casa”. Insiste Jesús. Y de hecho, implica acciones que el resto debe identificar en nuestra manera de vivir y de ser. Lo que recordó muy a tiempo el P. Bellodas. Pues comprendió que podía a ayudar a su familia en los momentos libres de su internado.
Ser luz implica cambios. Cambios que se reflejen en la vida personal, familiar y laboral. No requiere de perfección, pero si de voluntad. Dios nos entrega las herramientas, somos nosotros los que decidimos si trabajar o quedarnos de brazos cruzados.
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