¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!
Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:25:05 pm
porque el tiempo es tiempo para Dios y para muchas personas para los que cada segundo cuenta mucho, tal es el caso de los pacientes en un hospital cuando esperan ser atendidos, por ejemplo.
Jesús compara la sensatez y la indisciplina de 5 doncellas hacendosas y 5 necias, respectivamente; en la parábola de las diez vírgenes. La tardanza de la mitad del grupo enojó al señor.
La joven universitaria, Karen Orbegoso Rosario, relata que en muchas ocasiones ha hecho esperar a algunas personas. No son justificables las circunstancias, pero trabaja por mejorar esa característica suya. Y, aunque a veces ha tenido que esperar, sabe que no se siente bien tener que aguardar por alguien.
Karen comprende que la impuntualidad antecede a una consecuencia prevista, como cuando llega tarde a su clase y no le permiten el ingreso. Si los docentes toman estas medidas, con mucho más razón Jesús; quien solicita compasión, amor, perseverancia y oración para tener una vida en comunión con él y con el prójimo.
Jesús llama a vivir en cautela y prestos a seguirle cuando llama a la puerta. La paciencia es una de sus virtudes; pero también nos advierte: “velad, porque no sabéis el día ni la hora… ¡Qué llega el esposo, salid a recibirlo!”; dice él.
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