Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:25:36 pm

En medio de ese encierro y la oscuridad de la noche aparece Jesús que es luz, él también ha pasado por esa noche, el abandono, el sufrimiento, pero finalmente lo ha vencido y ahora está frente a ellos dándoles un saludo de Paz.

A sus 84 años, José Guanilo Escobar, reconoce que confiar en Dios te invita a la tranquilidad y recalca que así como Jesús cumplió una misión en la cruz nuestra tarea es reponernos a los momentos oscuros de la vida.

Tras la resurrección, los discípulos están desanimados, incluso uno de ellos que no compartió ese momento se mostraba incrédulo y quería pruebas materiales. Así somos, nuestra condición se limita solo a ver lo que está frente a nuestros ojos, no exploramos más allá, no confiamos. Sin embargo, hay quienes sin haber visto, confían por la sola razón de que una fuerza mayor mueve montañas y hace posible lo imposible.

Con el encuentro de Jesús y sus discípulos, después de la resurrección, hay una misión: el ir y reconciliar el mundo para tener y encontrar la paz.

Tomás es uno de los jóvenes de hoy que tiene que ver para creer, pero Dios conoce el corazón de cada uno y se dirige a Tomás y lo invita a constatar sus heridas, las marcas de los clavos y el exclama con gran sorpresa "¡Señor mío y Dios mío!" fue tan grande su asombro y este testimonio queda escrito para creer.

Han pasado más de 2000 años y Jesús aun nos sigue invitando a confiar, a abrir las puertas que dan paso a la fe, al creer, al confiar, a no buscar eventos sobrenaturales, sino a descubrir la presencia de Dios en cada creación, en cada gesto que puede parecer muy simple pero que logra mucho. ¿Cómo empezar a creer y confiar sin ver? La respuesta es tuya y tuya la actitud.

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