La pureza del amor
Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:28:06 pm
El ser humano tiene toda la posibilidad de vivir en armonía si se atreve a servir con amor.¿El amor puede tener un final? El amor no es una finalidad en sí misma, es un camino de compartir; dar y recibir. Jesús dice: “Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado.” Él, primero ama, sirve y da testimonio con su ejemplo antes de pedir a sus discípulos que hagan lo que les está pidiendo. El amor lo lleva a la cruz, pero no muere con él, porque el amor es infinito y es Dios mismo.
Una madre es capaz de quedarse con el hijo en todas las circunstancias de la vida. No le importará si pasa hambre, frío o calor con tal de que su hijo tenga lo mejor. Igualmente, Dios se queda junto a nosotros guardándonos de todo peligro, pero dejando que tomemos las decisiones y asumamos las consecuencias. No es que guste de ver tanto dolor, sin embargo, espera que como miembros de una misma especie seamos misericordiosos y acudamos en auxilio del que necesita ayuda. Si los animales son capaces de protegerse entre ellos del peligro que los acecha, ¿por qué no lo haríamos nosotros?
Dios ama a la humanidad con un amor interminable y que no está sujeto a un límite de tiempo o al espacio. “No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure”, afirma Jesús y, con esta frase nos invita a servir, dar fruto, ser ejemplo, y vivir en unidad permaneciendo con él y con el Padre, porque “nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos”.
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