Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:28:17 pm

reconoce fray Eduardo Pimentel Carranza, O.P. al referirse a la multiplicación de los panes y los peces hecha por Jesús.
Mucha gente seguía a Jesús, porque habían sido testigos de los milagros que realizaba, y creían que él era el cambio, la esperanza y la posibilidad de vivir en justicia y armonía. Jesús se involucra con la necesidad que ve entre la multitud, percibe las carencias biológicas y espirituales entre los que lo seguían, y a pesar de las actitudes de los discípulos él siente que debe responder con amor, pues no puede ignorar a un pueblo que está pasando dificultades.
Más de las veces es la gente sencilla quien socorre y asiste a una persona en dificultad, da de lo que tiene y no de lo que le sobra. Jesús tenía entre sus manos los cinco panes y un par de peces. Un problema que resolver por la presencia de más de 5 mil personas alrededor de él. ¿Cómo alimentarlas? Él no se queda con el problema, busca una solución, la encuentra y actúa con gestos de amor.
Cada día pasamos de largo ante los problemas y necesidades del prójimo. En una sociedad que avanza, paradójicamente retrocedemos en lo que respecta a justicia, solidaridad y servicio. En estas fiestas patrias, nos sentimos orgullosos de ser peruanos, y seguramente habrá muchas reflexiones sobre lo que está mal, lo que somos y lo que debiéramos hacer frente a tanta necesidad en nuestra ciudad, la región y el país. La solidaridad es un gesto que puede transformar realidades. Hace falta ver más allá de lo evidente y buscar soluciones a los problemas, tal como enseña Jesús.

Escucha el audio del informe de la semana:

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