Creado el Viernes, 26 de Agosto del 2016 12:38:32 pm | Modificado el 11/10/2021 04:38:16 pm

Santoral

Todos queremos obtener los primeros puestos ya sea como estudiante, deportista, profesional o persona. Sin embargo, la ambición desmedida por el reconocimiento refleja la vanidad y la necesidad de resaltar por sobre las demás personas. Una actitud que lastima tanto al que la pretende como a quienes nos rodean.
Hoy, vivir en humildad se ha vuelto un lujo. Muchos exponemos nuestra vida, logros y reconocimientos en las plataformas virtuales ofertadas por las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones. Nos alejamos de la realidad para vivir en un mundo virtual donde uno busca ser el mejor y el centro de atención. En respuesta, Jesús dice: “… todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido". Entonces, ¿debemos vivir en humildad? Responde el sacerdote Eduardo Pimentel Carranza.
Jesús se acerca a quienes necesitan su ayuda y socorre a quienes piden auxilio. Estuvo presente en la vida de los más necesitados e ignorados por los judíos pudientes. Y constantemente, llamaba (como lo sigue haciendo ahora) a vivir en misericordia y amor. De hecho, él mismo se hizo pequeño frente a sus discípulos y demás seguidores para enseñar que todos somos iguales ante los ojos de Dios y que ninguno es más que el otro, porque el reino espiritual es para quienes viven la fe.
El sentido del evangelio es el servicio al prójimo, un espacio donde estemos dispuestos a renunciar a los primeros puestos y prestos a escuchar la voz de Dios. Jesús nos llama a evitar el egoísmo, porque nos aleja de la familia, los amigos y la fe. Pero también nos pide actuar con bondad frente al mundo en el que vivimos, un lugar en el que podemos ayudar a mejorar si tan solo miramos con sus ojos y amamos con su corazón.

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