Informe de la semana: La riqueza de dar
Creado el Miércoles, 27 de Julio del 2016 05:57:07 pm | Modificado el 11/10/2021 04:38:13 pm
Las riquezas materiales dan tranquilidad económica a quien la posee, pero trae paz a quien es capaz de compartir lo que tiene ya sea con quienes lo rodean o con aquellos que no conoce. Darse es también enriquecerse, porque no solo significa desprenderse de aquello que se entrega, sino de servir a un propósito; el amor. Y el amor es una expresión, un acto de fe en la humanidad y en Dios mismo.
Un día, Jesús es interceptado por alguien del público que escuchaba sus enseñanzas, quien le pide que sea un mediador en el reparto de la herencia que les correspondía a él y a su hermano. No estaba mal el querer disponer de lo que por derecho era suyo, pero no era ni el momento ni el lugar adecuado para tal petición.
Está en la naturaleza humana prever su futuro. Todos queremos disfrutar de una vejez tranquila y sin sobresaltos, y casi la mayoría se embarca en un negocio rentable que le permita generar riquezas y garantizar la sostenibilidad económica de su familia. Sin embargo, a veces los caminos para lograr esos objetivos no son los adecuados y se cae en los vicios del egocentrismo, la avaricia y hasta la injusticia con el prójimo. Entonces, ¿Para quién atesoramos riquezas? ¿Podemos disfrutarla después de la muerte? Responde el sacerdote Eduardo Pimentel Carranza.
Una vida bien vivida y basada en el ejemplo de Jesús no puede más que traer felicidad al hombre. Sí, debemos procurar ahorrar para el futuro personal y familiar, pero no se debe olvidar que lo hagamos o dejemos de hacer determina nuestra existencia espiritual, pues Dios dice: "Necio, esta noche te van a exigir la vida. Lo que has acumulado, ¿de quién será? ".
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