Informe de la semana: La fidelidad y la confianza
Creado el Viernes, 22 de Julio del 2016 11:51:25 am | Modificado el 11/10/2021 04:38:13 pm
A menos que la necesidad sea grande y difícil de sobrellevar, recurrimos a los familiares o amigos más cercanos. Para la gran mayoría, el pedir solo resulta de la confianza que se pueda mantener con alguien cercano. En cambio, el ego se ve herido cada vez que abrimos el corazón para pedir ayuda, y sumados a la desconfianza y el temor, nos encerramos más en nuestro propio egoísmo.
Jesús conoce a sus seguidores, sabe que ellos también tienen dudas, temores y necesitan estar seguros de que siempre que necesiten de Dios no los abandonará. Entonces, ante el pedido de uno de los discípulos él les enseña a orar, y de este modo la oración se convierte en un puente de comunicación directa con el Padre. “Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca halla, y al que llama se le abre”, asegura el Mesías.
La familia y los amigos son las columnas que sostienen al hombre. En ellos encontramos las razones que nos impulsan a alcanzar nuestros sueños, los deseos de ser mejores personas cada día y las ganas de trabajar por una mejor comunidad, donde la fe y el servicio se viven y son el pan de cada día. Pero para lograr el equilibrio en nuestra vida, la oración es el pilar que orienta la vida espiritual, “porque es el modo en el que nos comunicamos con Dios”, refiere el sacerdote Juan Anguerry Preciado.
Dios conoce la necesidad de cada uno y sabe cuándo y en qué momento actuará en beneficio de aquel que pide. Dios pide perseverancia para tener lo que tanto deseamos. “Si vosotros, pues, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?", pregunta Jesús.
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