Informe de la semana: La fe y el servicio
Creado el Viernes, 30 de Septiembre del 2016 08:07:46 am | Modificado el 11/10/2021 04:38:18 pm
Servir en un mundo donde el tiempo vale “oro” es un reto que requiere de donar ese tiempo a situaciones simples de la vida como ayudar a los padres en la casa, compartir lo aprendido con los pequeños en el hogar o la comunidad, escuchar, tomarse un momento para visitar a las amistades, orar… Acciones sencillas, pero significativas. Sin embargo, ¿por qué cuesta hacerlo? ¿Necesitamos ser reconocidos por “las buenas acciones” realizadas? El sacerdote Eduardo Pimentel reflexiona sobre la importancia del pensar y hacer, del creer y del obrar.
“Auméntanos la fe”, piden los discípulos. ¿A caso no creían? o, ¿la fe era más pequeña que un grano de mostaza? Cuando Jesús empieza a realizar milagros, sus seguidores se maravillan y seguramente querían replicar estas mismas acciones de manera extraordinaria. Jesús lo podía hacer, ¿por qué no ellos? La fe es un combustible esencial, aún hoy creer sana a un enfermo. Pero, El Maestro pide al hombre vivir lo ordinario de la fe, porque en ello se resume el milagro de la vida: vivir. Además, Jesús se acerca a la comunidad que vive, que sufre, que se duele y que es capaz de cambiar con tan solo creerlo.
¿Tenemos que esperar agradecimientos por cumplir nuestro rol en la casa, en el trabajo o la comunidad? Jesús expone una realidad muy dura; la esclavitud, para ilustrar que no hay nada extraordinario en hacer lo que se nos pide. Definitivamente, el trato inhumano a un semejante es cruel y va contra la práctica del Nuevo Evangelio, donde todos somos iguales ante los ojos de Dios.
La fe es un ejercicio que se practica día con día, hace falta disciplina. No existen fórmulas mágicas. En ocasiones, surge de la necesidad o del dolor. La presencia de Dios permanece, es eterna y no condiciona. Sí, es necesario pedir fuerzas para seguir creyendo, aún en las grandes tormentas que sacuden la vida del hombre, ¿pero estamos dispuestos a vivir la fe? ¿O solo queremos seguir viviendo de apariencias? La fe es perceptible, se nota.
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