Informe de la semana: El Defensor nos enseña
Creado el Viernes, 13 de Mayo del 2016 08:07:42 am | Modificado el 11/10/2021 04:38:10 pm
No solo una vez, sino en diversas situaciones se presenta esa sensación de soledad y completo abandono. En momentos como esos, la pregunta más común es, ¿si Dios existe porque permite sufrimientos y dolor? ¿Por qué? El cuestionamiento constante, aun aparentemente cuando nadie escucha. Pero sí, hay alguien que está justo allí para acompañarnos y ayudarnos a pasar por ese desierto que se presenta como un muro impenetrable. Es el Espíritu Santo; la promesa de la presencia eterna de Dios en la tierra.
Jesús ya no está físicamente en la tierra, se ha ido. Siempre dijo a los discípulos que su vida terrenal era pasajera, como la de cada uno de los que lo seguían. El cuerpo envejece, enferma y finalmente yace. Sin embargo, Él habla de una vida espiritual, inagotable y eterna. El hombre por sí solo no podría lograrlo, era necesario que alguien mostrara y enseñara el camino. Jesús no estaría por siempre, entonces, promete un Defensor, explica el sacerdote Eduardo Pimentel.
El hombre, al nacer, requiere ser preparado para dar sus primeros pasos, caminar y correr. De igual manera, el lado espiritual necesita ser educado y alimentado en tanto la persona crece y se desarrolla. Y todo empieza con el amor, y Jesús lo grafica así: “el que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él”.
El Espíritu Santo actúa siempre y cuando se le permite que lo haga. Dios nos da la libertad para decidir que entra, sale o se queda dentro de cada uno. Lo que no significa que abandona al que le da la espalda, más bien se queda cerca y lo socorre de diferentes formas, a través de la familia, la comunidad y las circunstancias; porque Jesús afirma que: “el Defensor, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando lo que os he dicho”.
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