LA COLUMNA DEL DÍA | ‘Vacunagate’: desde Álvarez hasta Vizcarra
Creado el Lunes, 22 de Febrero del 2021 01:31:37 pm
Los peruanos –y en especial los ancashinos– hemos demostrado una permanente proclividad a elegir líderes populistas, no importando mucho la tendencia ideológica de los candidatos, ni su propuesta programática, ni sus credenciales políticas o sus antecedentes de vida. Habitualmente somos encandilados por propuestas populistas con cierto tono de enfrentamiento a los poderosos, y cuanto más grande es la expectativa que generan, más fuerte es la decepción y el perjuicio que causan.
En Áncash tuvimos a César Álvarez, que cimentó su carrera política como un férreo luchador contra la corrupción y con una firme promesa de ejecutar el proyecto Chinecas. Sin embargo, una vez instalado en el GRA, su administración se caracterizó por una corrupción escandalosa y, de Chinecas, nada, salvo inflar la planilla de trabajadores con sus partidarios.
Durante el período 2007-2014 Áncash gozó de ingentes recursos económicos que fácilmente hubieran permitido la modernización de nuestra infraestructura de salud para enfrentar mejor preparados al covid; no sucedió nada positivo, como hasta el día de hoy. El vetusto Hospital La Caleta sigue siendo el baluarte de la salud de los chimbotanos, en especial de los que menos recursos tienen, pero lamentablemente continúa siendo ignorado por las autoridades regionales; el Hospital Regional de Nuevo Chimbote aún espera todo tipo de recursos para convertirse en el gran hospital que la zona costa necesita; el Hospital Ramos Guardia en Huaraz envejece esperando su modernización, y ni qué decir de la olvidada zona del callejón de Conchucos que tiene una limitada red de salud.
Si bien César Álvarez es el mayor responsable de que la infraestructura de salud en Áncash se encuentre en estado calamitoso, no es el único; él y sus sucesores nunca pensaron seriamente en la salud, ni siquiera en comprar alguna planta de oxígeno porque probablemente la corrupción está en la compra a través de proveedores. Frente a todas las limitaciones existentes, es digno de resaltar el trabajo y entrega del personal de salud que hasta ahora se mantiene en primera línea pese a las dificultades que enfrentan para cumplir su labor.
Han pasado varios años de la caída de Álvarez, sin embargo el GRA hasta ahora no logra recuperarse del perjuicio de tan oprobioso ochenio y sus consecuencias las seguimos afrontando hasta la fecha, sin que ninguno de sus sucesores haya logrado encaminar una gestión medianamente decente en beneficio de los ancashinos.
En paralelo a la segunda gestión de Álvarez, emergía Martín Vizcarra en Moquegua como un gobernador regional eficiente que exhibía resultados que lo encaramaban junto a César Villanueva como las mejores autoridades regionales del período 2011-2014. Hoy ambos se encuentran muy cerca de ir a la cárcel.
Vizcarra, un tipo astuto y calculador, llegó a la Presidencia reuniéndose con Keiko para desbancar al lobista PPK; en ese momento no consideró que el Congreso con mayoría fujimorista era obstruccionista, pues era útil para sus intereses.
Una vez asentado en el poder disolvió polémicamente el Congreso apoyado por el rechazo que la mayoría fujimorista se había granjeado; luego convocó a elecciones para continuar enfrentándose al nuevo Congreso, al que no dudó en insinuar como poco útil, cuestionó la inmunidad parlamentaria hasta que fue vacado con votos de Somos Perú, el partido político que hoy lo alberga para postular inmediatamente al Congreso buscando impunidad y, para ahondar la contradicción, no postula por Moquegua, sino por Lima. ¿Será que es tan calculador que sabe que en su tierra no sería electo y que en Lima tiene más opción?
Mientras gobernó, hizo de la lucha anticorrupción su bandera. Hoy sabemos que eso fue una farsa. Basta recordar los contratos de Richard Swing, las prebendas en favor de su secretaria Karem Roca y sus familiares, el abuso de poder de Miriam Morales, las oscuras negociaciones para la compra de vacunas contra la covid y la compra de las poco útiles pruebas rápidas, a las que se suman otras denuncias que lo seguían desde Moquegua.
Vizcarra, del modo más infame e indignante, aprovechó el gobierno para vacunar a su entorno familiar, incluyendo al enamorado de su hija, y aún falta develar un millar de beneficiados con las vacunas, que muy probablemente son de su entorno.
El ‘VACUNAGATE’ no solo debe ser entendido como el tinglado de las vacunas, es mucho más, es toda la estructura que organizan estos gobernantes populistas que, con lenguaje reivindicador y formas populacheras con las que nos distraen, obtienen el apoyo popular, llamando ladrón a todo gobernante anterior y traidor a cualquier opositor político, con la finalidad que el inmenso apoyo popular les permita abusar del poder a sus anchas y que la corrupción que ejercen quede impune.
Espero que la justicia envíe a Vizcarra a Challapalca y, conversando con Álvarez, ambos entiendan que sus ‘VACUNAGATE’ se llevaron nuestro dinero y nuestras ilusiones.
* Pablo Rioja Cueva es abogado especialista en derecho constitucional y administrativo, árbitro en contrataciones con el Estado y laboral. Tiene amplia experiencia en gestión pública y docencia universitaria. Fue regidor en la Municipalidad Provincial del Santa.