LA COLUMNA DEL DÍA | Derrotado por el ocio y la mediocridad
Creado el Martes, 31 de Mayo del 2022 04:14:40 pm
La última encuesta de IEP publicada en el diario la República el reciente domingo 29 de mayo arroja un contundente 70 % de desaprobación a la gestión del presidente Castillo y solo un 21 % de aprobación. Es decir, ahora solo 2 de cada 10 personas lo apoya, y todo indica que seguirá en caída libre.
Ser presidente de la república es la mayor aspiración de todo ciudadano o ciudadana que ingresa desde su juventud al quehacer político, que construye sus convicciones y sueños en base a esfuerzo y sacrificio, estudiando, trabajando y luchando para construir un país próspero y donde se logre mayores niveles de justicia y libertad.
Por supuesto que todos sabemos que nada cae del cielo y que ser dirigente de un asentamiento humano, de una comunidad campesina, de una organización de mujeres, de un colegio profesional o de un partido político no es una tarea sencilla. Por ello, los hombres y mujeres que eligen el camino de servir a su comunidad, a su región y a su país lo hacen teniendo plena conciencia de que no eligen un camino fácil.
Servir a los demás, dejando a un costado los legítimos intereses personales, familiares o de grupo, es hoy por hoy uno de los mayores retos para los dirigentes sociales, profesionales o de un partido político.
Pero, al mismo tiempo, junto al reto de fortalecer los valores y convicciones está el reto de prepararse para asumir roles y responsabilidades. Una dirigenta de un comedor popular no solo tiene que fortalecer sus capacidades organizacionales para conducir a un colectivo de mujeres luchadoras, sino también tiene el reto de capacitarse en seguridad alimentaria y nutrición para combinar adecuadamente los alimentos que reciben del Estado o que compran del mercado, sabiendo que el comedor popular tiene la noble tarea no solo de dar de comer a los necesitados, sino también de alimentar y nutrir a los niños y a las madres gestantes.
De igual manera, en una comunidad campesina o en un colegio profesional, los dirigentes necesitan superar los temores al fracaso, preparándose en gestión y en los temas más importantes de su organización. Un dirigente tiene que hacer un doble esfuerzo: cumplir sus tareas habituales, pero también prepararse cada día para liderar su organización, conocer otras experiencias para aprender y para cambiar y transformar lo que está mal o no funciona.
Solo los mediocres se quedan atrapados en el tiempo. Siempre hay oportunidades para mejorar y prepararse para ser un dirigente transformador que afronta los retos del cambio.
Por ello, sabiendo que los dirigentes transformadores del siglo XXI se esfuerzan, luchan, se forman y se preparan todos los días para encarar los retos de transformar sus comunidades, me queda claro que Pedro Castillo solo era un remedo de dirigente, que ha sido derrotado por el ocio y la mediocridad, porque nunca tuvo la honestidad de reconocer sus limitaciones, ni la valentía de esforzarse y prepararse para hacer una gestión decente. La historia lo sancionará por haber traicionado la esperanza del pueblo.
* Gabriel Mejía Duclós es ingeniero agrícola con especialización en ingeniería de recursos agua y tierra, 25 años de experiencia en gerencia y dirección de instituciones públicas y privadas vinculadas al desarrollo social, económico y gestión ambiental, ex candidato a la Gobernación Regional de Áncash.