Sin identidad chimbotana
Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:33:39 pm
En nuestro caso, no basta con asistir al izamiento de la bandera de Chimbote, escuchar su himno y henchir el pecho para demostrar cariño y amor a la tierra que nos cobija o que nos vio nacer. No es suficiente una perorata llevada hasta las lágrimas por politiqueros detrás del voto para demostrar que se preocupa por su futuro. No.
Hace falta que cada chimbotano pueda identificarse con sus raíces y sus problemas, hacerlos suyos y luchar por ellos. Lamentablemente este sentimiento poco a poco lo ha ido perdiendo y ahora le es totalmente ajeno. Eso explica la falta de identidad chimbotana que, hoy más que nunca, necesitamos cultivar e incentivar para que cada uno de nosotros pueda acudir en su defensa y para que se preocupe por la incapacidad de sus gobernantes y ante la orfandad de proyectos para aspirar a su real desarrollo.
Sin identidad chimbotana y con la conocida incapacidad de gestión de sus autoridades e instituciones, el atraso y postergación de nuestro puerto no es simple coincidencia. Tenemos como ejemplo lo sucedido con Hidrandina, caso en el cual hemos permitido que se trasladen las gerencias y las decisiones de alta responsabilidad a Trujillo y que se queden simples jefaturas sin poder de decisión en Chimbote.
Podemos citar, con igual criterio, la reciente instalación de la sede de la Superintendencia Nacional de Fiscalización Laboral (Sunafil) en Chimbote, con apenas 7 inspectores auxiliares que solo pueden intervenir en empresas con menos de 100 trabajadores, a pesar de concentrar mayor actividad laboral que Huaraz en donde sí se ha instalado una intendencia regional, con mayores facultades en su función fiscalizadora.
El chimbotano debe abandonar esa negativa actitud de quejarse constantemente con los brazos cruzados y asumir otra más positiva, que le permita desarrollar una labor proactiva, la que aunada al afianzamiento de su identidad chimbotana pueda hacerle ver el escenario de una manera distinta y comprometida, defendiendo lo suyo y demandando mayor atención del Estado y un mejor trato por su condición de ciudadano de un puerto de importancia.
Con esa convicción adquirida, se verá en la necesidad de fortalecer sus instituciones y participar más activamente en la acciones de su gobierno local, fiscalizándolo, exigiéndole gestiones y presentando sus propuestas vía participación ciudadana.
Hemos perdido muchísimos años en manos de la corrupción, no perdamos más tiempo en lamentaciones y señalando culpables, ya que gran responsabilidad es nuestra, por privilegiar acomodos personales en desmedro de nuestro progreso colectivo.
*Director de la revista “La Voz del Pescador”
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