Renovación de congresistas: nos más otorongos
Creado el Miércoles, 8 de Mayo del 2013 03:29:36 pm
Es de conocimiento público y nacional que el Congreso tiene una alta desaprobación, y mucho más algunos congresistas a quienes ni siquiera los quiere el pueblo que los eligió. Pero hablar de revocatoria creo que no sería el término adecuado. Lo correcto es la renovación de parlamentarios, así como sucede con la renovación del senado por tercios cada dos años en los Estados Unidos o Argentina. Actualmente, nuestra Constitución Política del Perú no permite la figura de la renovación ni mucho menos la revocatoria. Quisiera explicarlos: revocar congresistas sería ir a un proceso de consulta o revocatoria que generaría más gasto para el Estado y los peruanos, porque luego de dicho proceso tendría que irse a un proceso eleccionario de los congresistas revocados. Esa figura debe extinguirse incluso para la revocatoria de alcaldes y presidente regional, porque genera gastos e incertidumbre política o conflicto social que no debería permitirse.
Lo más acertado sería llevar a cabo una reforma constitucional para modificar parcial o totalmente la Constitución Política del Perú, donde se incluya la figura de la renovación por tercios de los congresistas; es decir, renovar por ley cada dos años, donde el pueblo tenga la facultad de elegir y decidir si tal o cual congresista puede seguir siendo padre de la patria o no.
El congresista tiene por funciones legislar y fiscalizar; sin embargo, en la actualidad muchos incumplen dichas funciones; por el contrario, aquí en nuestra región Áncash somos testigos de que existen congresistas que impiden la fiscalización al presidente regional y su entorno, obstaculizan la función judicial, están estrechamente vinculados y favorecidos con ciertas obras, el caso “La centralita” los desnuda, conforme hemos podido apreciar de las denuncias a través del programa de la periodista Rosa María Palacios.
Por ello, las amenazas de muerte a fiscales y al decano del Colegio de Abogados del Santa, las muertes de autoridades políticas o familiares, de un fiscal, etc., no son investigadas con la rigurosidad del caso. La corrupcion ha manchado a muchas autoridades y periodistas que tergiversan los hechos y la verdad, se someten y tratan de defender lo indefendible, pero el pueblo ya despertó, sabemos quiénes nos gobiernan y no confiamos en ellos.
Entonces, en adelante pensaremos mejor en elegir a nuestras autoridades, incluidos los congresistas. La reforma constitucional urge, la renovación por tercios igual. Basta de congresistas tránsfugas, golondrinos o adjetivados de muchas maneras. Lo que nos espera a la sociedad es ser responsables al elegir a las autoridades. No más otorongos.
Sabino Ponce Roso
Decano del Colegio de Abogados del Santa
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