Perú: tras 130 años de abuso
Creado el Sábado, 25 de Enero del 2014 02:11:35 am
Han transcurrido 130 años desde aquel 20 de octubre de 1883, cuando en Ancón se consumó una guerra que nos consumió, dejando pobrezas y miserias humanas, además de pobrezas y miserias económicas. Las primeras reflejadas en las conductas de los de siempre: políticos tradicionales que tanto daño hicieron a nuestro ya sufrido país; recordemos al inefable Nicolás de Piérola, sí, el mismo que ordenó, en plena guerra, la construcción de la vergonzosa “Ciudad Piérola”, o si quiere recordar mejor, ese señor que huyó del país el 16 de enero de 1881 (¡¡en plena guerra!!) CON PASAPORTE CHILENO.
Bueno, sólo sigamos con este presente, aunque tengamos que tragarnos la inmediata chilenización de Tacna -fallida en sus reales intenciones- en la década post guerra, o los diversos casos de xenofobia contra nuestros conciudadanos que habitan en el austral país. Tampoco pongamos en nuestros recuerdos las veces en las que nuestros pescadores han sido apresados y torturados por pescar EN NUESTROS MARES que los sureños reivindican como suyos.
En estas horas y a futuro se trata de que pensemos en una convivencia que no afecte a dos pueblos que hasta 1866 estaban hermanados; se trata de convivir para que esos 30 mil millones de dólares de inversiones chilenas en Perú –en las cuales incluiríamos un 70% del comercio retail–, frente a unos 13 mil millones de inversiones peruanas en el Mapocho, sigan creciendo para beneficio de los ciudadanos de ambos países que ven, además de opciones laborales, un comercio de calidad.
Realmente, este comentarista no cree en buenas intenciones de la clase política chilena, que hoy está infestando los medios de comunicación con sentimientos antiperuanos; obviamente es el mismo pensamiento que tenemos frente a la postura de aquellos enmohecidos políticos obesos que, desde Perú, sugieren el absurdo patrioterismo triunfalista de embanderar al país este 27 de enero, sólo con el insano cálculo político llamado 2016. Ser celosos frente a la intangibilidad territorial se torna una obligación moral, pero ser cautelosos es una sabia decisión a fin de evitar innecesarias circunstancias de enfrentamiento o crisis bélica.
Sin embargo, hay que mantenernos en espera frente a una decisión que tengamos que acatar y defender, cualesquiera sea el veredicto, por la paz entre dos pueblos (no incluye a la clase política y sus instrumentos mediáticos) que jamás debieron estar en tensa situación. Calma, ponderación, raciocinio, amor por nuestros pueblos y mesura, mucha mesura es lo que nos deseamos peruanos y chilenos de buena voluntad para este 27 de enero que ya nos toca las puertas.
José Cedeño León
Docente Principal de la Universidad Nacional Intercultural de la Amazonía
Foto: napa.com.pe
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