Importancia de las incubadoras de empresas
Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:33:30 pm
Para que la economía de un país crezca es necesario impulsar el desarrollo de empresas y de proyectos innovadores que permitan forjar un movimiento positivo en la economía como es la generación de empleos, ingresos en los hogares y permanencia de los negocios. Las estadísticas mencionan que, en la apertura de los recientes negocios, sólo entre 20 y 40% de los proyectos que no se generan en incubación sobreviven, el 85% de las empresas que nacen dentro de una incubadora se mantienen en el mercado.
Las incubadoras de empresas son herramientas utilizadas para apoyar los surgimientos de nuevos emprendimientos, en especial de base tecnológica o con un fuerte contenido innovador. Crean condiciones específicas que permiten disminuir el nivel de mortandad de estas organizaciones empresariales en las etapas iniciales de su desarrollo.
Las incubadoras de negocios son centro de apoyo a emprendedores que permiten y facilitan la creación de nuevas organizaciones mediante servicios integrales y que requieren un acompañamiento durante su etapa de creación y maduración como negocio.
La incubadora les permite mantener una constante asesoría y capacitación en la áreas que sean requeridas, también les despliega un plan de negocio con proyección a futuro en donde se evalúa su viabilidad técnica, financiera y de mercado.
A partir de esta caracterización acerca de las incubadoras de empresas es necesario destacar y valorizar las contribuciones que realizan en cuanto al surgimiento de nuevas empresas y considerar al mismo tiempo el aporte de las pequeñas y medianas empresas, que son las que contribuyen al dinamismo de una economía. A ello se le agrega su positivo rol en cuanto al desarrollo científico y tecnológico dado que, como se ha destacado en la literatura económica, ésta es la clave para comprender el desarrollo económico de muchas naciones.
Son escasas las herramientas que existen para la promoción de nuevas empresas en el país y a ello se añade la incapacidad de los sistemas legislativos, financiero e impositivo para adaptarse a sus requerimientos específicos. No obstante son las pequeñas y medianas empresas las que generan el 69% del empleo total y entre las que se registran los mayores esfuerzos en el desarrollo de la actividad científica y tecnológica.
Cabe destacar en este contexto, el rol del sistema educativo universitario de contribuir a la difusión de la moderna economía del conocimiento en todo el mundo, que puede ayudar en mucho a que se disponga de una fuerza de trabajo más eficiente, permitiendo a los países mejorar su posición competitiva en la economía mundial.
En este sentido, el nuevo rol que asume el sistema educativo universitario supone nuevos desafíos para las universidades por ser éstas las encargadas de producir el conocimiento científico y tecnológico –elementos clave reconocidos en el progreso económico de los países- que la hacen revalorar su protagonismo en el desarrollo de los países, haciéndole asumir el compromiso de atender la demanda de contribuir a ese desarrollo económico y social, como parte también de su función misional.
La experimentación de este tránsito hacia el nuevo tipo de universidad que es la de una universidad que incorpora el emprendedurismo como parte de su misión, implicará no sólo el hecho de apoyar la creación de empresas, sino más bien constituirse en una organización que se vincula y que interactúa abiertamente con su entorno social y económico adaptándose a los cambios y buscando recursos adicionales de financiamiento para sus actividades de investigación y enseñanza.
Así mismo, en esta nueva visión de universidad consciente de su importante rol en el proceso social de innovación, el tema de la vinculación con el entorno es crucial y refiere la conformación de una red de trabajo con el gobierno y la empresa poniendo en marcha una dinámica de interacción tripartita: universidad-empresa-estado.
Entre estos espacios generados se encuentra la incubación empresarial universitaria, considerada una de las iniciativas organizacionales orientadas a estimular la creación de actividades productivas y de innovación.
En este sentido, la incubadora empresarial es concebida por la universidad como un mecanismo institucional que facilita y promueve la utilización productiva del conocimiento generado en el ámbito académico a través del apoyo que esta brinda para la creación de empresas.
A través de una incubación empresarial la universidad brindará una formación emprendedora a sus estudiantes lo cual generará grandes beneficios para éstos ya que no sólo desarrollarán habilidades de gestión empresarial sino que además complementarán su desarrollo profesional desarrollando y fortaleciendo competencias emprendedoras tales como liderazgo, trabajo en equipo, motivación, comunicación, creatividad, planificación entre otros que le permitirán generar actividades emprendedoras exitosas, mejorar su calidad de vida y la de otros.
Felipe Llenque Tume
Pastdecano del Colegio de Licenciados en Administración (CORLAD Chimbote).
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Foto: www.formulaenlosnegocios.com.mx
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