Creado el Lunes, 1 de Abril del 2013 03:43:12 pm

Me cuesta aún salir del asombro por la pasividad demostrada y el miedo evidente de quienes representan a este gremio profesional ante esta reprochable afrenta pública hacia uno de sus miembros. ¿Qué pasa con la defensa de la libertad de expresión en nuestra región? ¿Dónde están sus instituciones representativas? ¿Estamos participando en un público canibalismo que ha desplazado con dinero la solidaridad y el principio de ética que debe reinar entre periodistas? ¿En qué momento el periodismo objetivo local osó cruzar la frontera entre la verdad y el engaño, para asolapar la corrupción instalada en el seno de un gobierno que lo premia?

Lo que se vive en nuestra región es muy peligroso. Se ha perdido la visión de desarrollo y el avance de la corrupción es incontenible. Y lo más preocupante es que la primera barrera de contención que debiera ser el periodismo serio a través de denuncias públicas ha sido derribada por el dinero fácil que brinda la adulación interesada y la sobonería.

El censurable ataque a una dama periodista obedece a la demostración omnipotente de quien lo tiene comprado todo. Nace de la seguridad de que todos sus actos quedarán impunes, porque tiene comprado el accionar vil de malos periodistas, jueces, fiscales y policías. Con esto le basta para enfrentarse a un pequeño grupo que se niega a renunciar a su dignidad y a su lucha por defender la independencia de sus conciencias. ¿Qué hacen las demás autoridades elegidas democráticamente para ofrecer resistencia y evitar que este pequeño grupo se exponga a ser pisoteado públicamente? ¿Dónde está la manifestación solidaria de los cinco congresistas de Ancash ante tanto abuso?

El papel decoroso que debe desempeñar la prensa local en el desarrollo de nuestra región está siendo abandonado y remplazado por el vergonzoso encargo que le dictan autoridades corruptas. Con ese accionar, arremeten contra quienes osan hacerles frente. En este encarnizado ataque, no se detienen a respetar honras de honestas personas, y mienten y calumnian.

Con este frente mediático de escudo, el presidente regional insulta a la iglesia, a la prensa, a los colegios profesionales, a sus adversarios políticos, a las demás autoridades elegidas y a todo aquel que tenga la audacia de indignarse y denunciarlo públicamente.

Estamos aún a tiempo de rectificar actitudes. El gremio de periodistas debe deslindar y fijar posiciones. No se puede admitir comportamientos ambiguos. O se está con la corrupción o se está contra ella. El periodismo tiene un compromiso serio con el público, porque es el responsable de brindarle información de la realidad que se vive, sin ocultarla ni disfrazarla por intereses particulares.

Somos una de las regiones más ricas con una población que exige desarrollo sostenible, que pide mejor atención en salud, seguridad ciudadana, educación y justicia, y que no renuncia al derecho a tener mayores oportunidades de trabajo y a crear un mejor escenario para las generaciones futuras.

La atención a estas exigencias encuentra un duro obstáculo en las conciencias de fiscales, jueces, policías y mercenarios de la prensa arrodillados ante el poder.

César Córdova Ponce

Director de la revista La Voz del Pescador

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