Combustible e inclusión social
Creado el Martes, 5 de Marzo del 2013 06:29:16 pm
Con relación al combustible, es sabido que nuestro país importa para el consumo interno porque lo que produce no es suficiente; adicionalmente a ello, el precio es sumamente alto, en comparación a los países vecinos, porque los impuestos que cobra el Estado tales como el Impuesto General a la Venta (IGV) y el Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) son elevados. El ser dependientes del mercado internacional impide que la oferta y demanda nacional regulen el precio del combustible.
En los últimos días se han suscitado incrementos consecutivos en el precio del combustible, tanto en gasolina como petróleo y, se espera que estas alzas continúen. El efecto inmediato es la subida del precio de los pasajes para el sector del transporte público, generando no solo malestar a la población, especialmente de escasos recursos económicos, sino también la disminución en la rentabilidad para los transportistas.
La falta de trabajo en nuestra provincia y región ha generado que el sector transporte se convierta en refugio de personas desempleadas en otros sectores económicos; de esta manera, se explica el incremento de líneas de transporte público y la abundancia de automóviles, los cuales en “horas punta” generan cuellos de botella en las principales calles del casco urbano de Chimbote, a pesar de ser sumamente amplias en comparación con otras ciudades.
La subida del precio de combustible se debe a que el Estado eliminó el Fondo de Estabilización de los Precios de Combustible (FEPC), cuyo objetivo era disminuir el impacto y la volatilidad de los shock externos. Es decir, actualmente estamos indefensos ante las variaciones de los precios internacionales del combustible que cada vez son mayores como consecuencia de la crisis internacional en los países de Europa y Estados Unidos.
Es curioso, el gobierno del Presidente Ollanta Humala tiene como bandera la inclusión social, sin embargo ha eliminado uno de los instrumentos que evitaba que la subida del combustible impacte negativamente en la población, dejando libremente a la oferta y la demanda para que fije el precio. Una vez más el Estado, en materia económica, se retira. A decir verdad y, estrictamente pegados a la letra, entendemos que el Presidente de la República no está haciendo lo contrario a lo expresado en su campaña electoral, pues la implementación de los nuevos programas sociales lo avala. A seguir con la inclusión social, dejando de lado la inclusión económica.
Mg. Econ. Luis Luna Villarreal
Decano del Colegio de Economistas Áncash Costa
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