LA COLUMNA DEL DÍA | Nuestros niños
Creado el Viernes, 15 de Febrero del 2019 01:12:18 pm
Esta semana vi algunos episodios de Examen de conciencia, serie documental que recoge el estremecedor y valiente testimonio de hombres que, cuando niños, fueron acosados y agredidos sexualmente por religiosos de prestigiosas escuelas católicas de España. Los hechos narrados ocurrieron desde los años 80 hasta hace una década. Aunque no importa cuánto tiempo haya pasado, ver y escuchar cómo se quiebra un adulto de 37, 45 o 50 años al recordar los momentos de niño víctima que fue, es un sacudón a nuestra humanidad en ocasiones adormecida por el individualismo y la indiferencia. Me pasa, nos pasa a todos creo.
La pederastia es una forma de extrema agresión, y desgraciadamente no solo ha ocurrido en la Iglesia de España, Estados Unidos, Irlanda o México… Ha pasado en grados diversos en casi todas partes, y aquí nomás en Chile, Argentina y, por supuesto, en Perú con el sonado caso Sodalicio y su fundador Fernando Figari. Y si bien desde El Vaticano se han dictado medidas y protocolos para que los obispos actúen oportunamente ante posibles nuevos abusos, la realidad es que nada puede evitarlo si es que hay un pedófilo oculto y al acecho. Estos, hay que decirlo, no solo existen en la Iglesia o iglesias, sino que están en cualquier parte.
Meses atrás di cobertura a la desaparición de una niña de seis años. La buscaban con angustia cerca de su casa, en una invasión de Nuevo Chimbote. Varias horas después fue hallada en una casucha de esteras. Su madre la encontró llorando y tiritando, irreversiblemente lastimada. Un cuadro terrible para una madre: su pequeña fue víctima de la violencia de un sujeto que nunca fue identificado, con lo cual la impunidad se convierte en otra forma de violación que se perpetúa con los días: la de no tener derecho a la justicia. Lo mismo ha pasado y pasa en muchos casos en la Iglesia, en un asentamiento humano, en una escuela o en una casa.
Los abusos contra los niños, contra NUESTROS NIÑOS, nos interpelan a todos, y debe preocuparte tanto a ti como a mí. ¿Cómo crecerá esa niña o niño abusado, y cómo sufrirán cuando sean adultos? ¿Cómo afectará a su propia familia cuando la tenga? Como lo demuestran los testimonios del documental de referencia, el dolor ocasionado por una agresión sexual en la niñez puede ocultarse por semanas, meses y años -décadas incluso-, pero en un momento vuelve y debe ser sanado, o terminará destruyendo a la víctima.
Nada puede reparar el abuso contra un niño. Nada puede, salvo evitándolo con la protección de los padres. Donde haya un niño expuesto y vulnerable, también existirá el riesgo de que alguien lo asuste, lo maltrate, lo abuse. Si eso pasa destruirán su niñez y autoestima de adulto.
En el film Spotlight, que muestra cómo periodistas del Boston Globe ponen al descubierto el sistemático encubrimiento de la Iglesia estadounidense a curas pederastas, el abogado de origen armenio Mitchell Garabedian le dice al reportero Michel Rezendes de ascendencia portuguesa: “Esta ciudad, estas personas, no son mejores que nosotros… mire cómo tratan a sus niños”. Y nosotros, padres, vecinos, tú y yo… ¿hacemos lo suficiente para cuidarlos, acompañarlos y escucharlos? ¿Cómo tratamos a nuestros niños?
* Nilton Gamboa Carranza es periodista, exredactor del diario La Industria de Chimbote, exeditor del diario Correo de Chimbote, exdirector del noticiero regional “Primera Edición Chimbote” de América Televisión, actual corresponsal de Canal N, magíster en Gerencia Social de la PUCP y docente de Comunicación para el Desarrollo en la Universidad Nacional del Santa (UNS).
Foto referencial: cadenaser.com/