LA COLUMNA DEL DÍA | Importancia de las plantas de tratamiento de aguas residuales domésticas en el Perú
Creado el Viernes, 15 de Noviembre del 2019 06:17:39 pm
El agua es un recurso vital para la supervivencia de las especies en el planeta, sin embargo, solo un pequeño porcentaje de toda el agua disponible puede ser usado directamente por el ser humano, aquella que conocemos como agua potable. Según la Organización Mundial de la Salud, el ser humano solo necesita entre 50 y 100 litros de agua potable para satisfacer sus necesidades del día. En el Perú, superamos en promedio los 200 litros por persona-día, evidenciado así, la gran cantidad de agua que desperdiciamos.
Del volumen de agua potable usado por cada persona, aproximadamente el 80% se descarga como agua residual doméstica, es decir eliminamos cerca de 160 litros por persona-día de las también conocidas como aguas negras. Estos efluentes que se caracterizan por tener gran cantidad de bacterias, virus y compuestos que consumen oxígeno, tienen que ser previamente tratadas antes de ser vertidas a los diferentes cuerpos de agua (ríos, lagunas y mares), con el propósito de no contaminar el ambiente y proteger la salud de las personas que podrían tener contacto con estos cuerpos de agua.
En las diferentes regiones del Perú encontramos una situación muy complicada respecto al servicio de agua potable y, mayor aún, con el servicio de saneamiento. Las actuales Empresas Prestadoras de Servicios de Saneamiento (EPS), que según el OTASS (Organismo Técnico de la Administración de los Servicios de Saneamiento) alcanzan las 50 empresas a lo largo del Perú, son las Plantas de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR). En general, las EPS muchas de ellas a cargo de las municipalidades del lugar, buscan ser más eficientes y ofrecer un servicio de calidad en el tratamiento de las aguas residuales domésticas.
En el interior del país, se trata menos de la mitad de los efluentes domésticos y aquellos efluentes que si son tratados se hacen en plantas de escasa tecnología que, unido al incremento de la población, se ven expuestos a sobrecargas de diseño, dificultando la entrega de un efluente de buena calidad que no exceda los valores medioambientales tales como los Límites Máximos Permisibles (LMP) y los aún más exigentes Estándares de Calidad Ambiental (ECA).
Además, si las capitales de departamentos sufren para mejorar las eficiencias de sus actuales plantas, la historia en los pueblos alejados, es otra, donde simplemente no existe el tratamiento de las aguas negras y, por lo tanto, la contaminación es directamente a los recursos hídricos, creando potenciales focos de infección y riesgos a la salud, aguas abajo. Para el caso de Chimbote y Nuevo Chimbote ya se dieron inicio a los estudios de pre inversión de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR-2) que devolverá la belleza a nuestra bahía “El Ferrol”, acción tan ansiada desde hace mucho tiempo.
(*) Extracto del Directorio Nacional del Agua y Saneamiento
* Felipe Llenque Tume es doctor en Administración, past decano del Colegio Regional de Licenciados en Administración (Corlad Chimbote), director de la Escuela de Administración en la Uladech Católica, consultor en capacitación y asesoría empresarial a sectores económicos de producción y servicios, y miembro del Directorio de Sedachimbote.