LA COLUMNA DEL DÍA | El gobierno del Perú es un barco a la deriva
Creado el Martes, 28 de Diciembre del 2021 02:52:56 pm
Hemos llegado apenas al 31 de diciembre y tenemos la clara sensación de que el gobierno del país es un barco a la deriva que se mueve en un mar de problemas, donde el capitán no es capitán y no conoce las olas, la marea, el viento, los peligros y menos conoce la inmensidad del mar con sus riquezas y potencialidades.
En palabras sencillas, el gobierno del profesor Castillo es un barco de papel a la deriva, donde el capitán, los ministros ayudantes y toda su tripulación no saben por dónde ir, ni a qué puerto llegar. Un barco sin brújula al que el viento puede llevar a cualquier lugar… y que puede hundirse en cualquier momento.
Todas las encuestas de fin de año, difundidas por la prensa opositora y por los medios cercanos a Palacio, evidencian que el gobierno del profesor Castillo se fue deteriorando desde el primer día. En promedio las encuestas de diciembre le dan un 30 % de aprobación, 60 % de desaprobación y un 10 % de indecisos; es decir, de cada tres peruanos, dos lo desaprueban y solo uno lo aprueba. La desaprobación del presidente es mayoritaria no solo en Lima, sino en todas las macrorregiones del país, incluido el sur peruano.
Un elemento dramático que lamentablemente para el país ha ido ganado terreno en la opinión pública son las limitaciones y la incapacidad del profesor Pedro Castillo para gobernar. La encuesta IEP publicada en diciembre por La República pregunta por las razones por las que Pedro Castillo no terminará su gobierno y un contundente 69 % responde que por su incapacidad para gobernar.
En esta humilde columna no compartimos la intención antidemocrática de los sectores conservadores de buscar la vacancia al caballazo. La vacancia a pocos meses de haber asumido su mandato el actual presidente solo contribuye a generar un clima de polarización e ingobernabilidad. El Perú no puede meterse en el fango del canibalismo político ni convertirse en tierra de nadie.
Al mismo tiempo, soy un convencido de que las fuerzas democráticas, las organizaciones de base y la población en general no podemos estar pintadas en la pared. El 2022 será un año decisorio donde la conciencia y la movilización ciudadana tendrán que poner las cosas en su sitio.
Desde el 1 de enero de 2022 no queremos seguir viendo el triste espectáculo de un presidente mediocre, sin reflejos, que se esconde en los muros de Palacio, sin saber qué hacer con el presente y futuro del país, y menos queremos ver un presidente piraña con su séquito de aventureros metiendo las manos en las arcas del Estado.
No es posible cambiar el rumbo si el capitán del barco no tiene conciencia de que se necesita un golpe de timón para evitar que naufrague y se vaya al diablo.
El presidente Castillo solo tiene dos caminos: 1) Seguir haciendo lo mismo, por lo que en un corto tiempo la población hastiada de su incompetencia y desgobierno termine pidiendo su renuncia o el propio Castillo decida adelantar el término de su mandato y 2) Reconocer sus limitaciones y graves errores, dando un golpe de timón de 180 grados y recomponer su equipo con personalidades y profesionales competentes para iniciar una segunda etapa de su gobierno, diferente a la primera, y sin renunciar al impulso de políticas sociales transformadoras.
El Perú no merece ser un barco a la deriva o convertirse en un país de mediocres. De nosotros depende.
* Gabriel Mejía Duclós es ingeniero agrícola con especialización en ingeniería de recursos agua y tierra, 25 años de experiencia en gerencia y dirección de instituciones públicas y privadas vinculadas al desarrollo social, económico y gestión ambiental, ex candidato a la Gobernación Regional de Áncash
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