LA COLUMNA DEL DÍA | 2020: reflexiones sobre la pandemia y esperanzas de cambio
Creado el Martes, 29 de Diciembre del 2020 02:29:15 pm
Al terminar el 2020 es impensable creer que en el país entero y en regiones como Ancash nos resignemos a aceptar que la pandemia de la corrupción siga atornillada por siempre en la vida pública nacional, regional y local.
Estoy convencido de que tú, yo y la inmensa mayoría de hombres y mujeres, especialmente los jóvenes, nunca nos resignaremos a aceptar que la corrupción con sus diferentes disfraces (coimas, diezmos, componendas, compadrazgos, incompetencia, tarjetazo, arreglos bajo la mesa, lobbies o cualquiera de sus formas) pueda seguir corrompiendo el alma nacional y regional.
Como peruanos, no podemos resignamos a aceptar que todos los presidentes de la república que pasaron y los que vendrán terminen en la cárcel.
No nos resignamos a aceptar la incompetencia del gobierno en gestionar las ansiadas vacunas para evitar que sigan muriendo compatriotas, sobre todo los más humildes y vulnerables.
No nos resignamos a aceptar que Áncash sea por siempre la región corrupta en la que cualquier político avezado gaste millones en su campaña para luego adueñarse de las decisiones y saquear las arcas regionales y la esperanza de los ancashinos.
No nos resignamos a aceptar que, teniendo recursos extraordinarios, profesionales preparados, dirigentes comunitarios honestos y organizaciones de mujeres luchadoras, los mafiosos piensen que Áncash es su chacra y pueden hacer lo que quieran.
No podemos resignarnos en el país y en la región Áncash a pensar que todo está perdido y que ya no hay posibilidad real de arreglar las cosas.
En el Perú y en el mundo entero existen buenos ejemplos de haber derrotado la desesperanza. Solo para empezar, el Perú milenario tiene en el imperio incaico y muchas culturas como Chavín, ejemplos de planificación, organización y de haber implementado estrategias exitosas para sobreponerse a las dificultades.
Hoy, en medio de la pandemia, que ha causado tantas muertes y el sufrimiento de miles de familias, encontramos ejemplos extraordinarios de solidaridad, amor al prójimo y permanente lucha de dirigentes comunitarios, parroquias y autoridades locales valiosas que no se resignaron a ver morir a sus hermanos y se multiplicaron para gestionar medicinas, plantas de oxígeno, alimentos y todo el apoyo que sus fuerzas les permitió lograr.
También tenemos valiosos ejemplos como la lucha de los jóvenes emplazando a la clase política, a los profesionales de la salud que no se cansan, a maestras y maestros que no abandonaron a sus alumnos a su suerte, a pequeños agricultores que sin apoyo del gobierno nunca dejaron de producir alimentos para que lleguen a nuestras mesas.
A pocas horas de terminar el 2020 y de escribir estas últimas líneas en el año que se va, lo hago para expresar mi firme esperanza de que el 2021 sea un año diferente, donde no solo dará sus últimos coletazos y agonizará la pandemia, convirtiéndose en sueño o pesadilla del pasado, sino que fundamentalmente en el Perú y en las regiones, en el aniversario del bicentenario, soplen vientos de cambio que nos permitan refundar el país y las regiones y donde miles de hombres y mujeres honestos, y especialmente jóvenes, luchemos juntos para reconstruir el Perú y la región Áncash no solo de la pandemia, sino principalmente para reconstruir la fe y la esperanza tantas veces perdida.
Soy un convencido de que la vida siempre le gana la batalla a la muerte, que la educación derrota a la pobreza y que la esperanza, la unidad y la organización terminarán derrotando a la frustración y al pasado.
* Gabriel Mejía Duclós es ingeniero agrícola con especialización en ingeniería de recursos agua y tierra, 25 años de experiencia en gerencia y dirección de instituciones públicas y privadas vinculadas al desarrollo social, económico y gestión ambiental, ex candidato a la Gobernación Regional de Áncash.
Foto: Andina