Creado el Martes, 5 de Febrero del 2013 12:35:06 am

A este detalle desagradable para la esperanza de justicia en nuestra región, se suma la participación sumisa de nuestros congresistas, tal y como se pudo apreciar en la intervención de Víctor Crisólogo Espejo en el mismo seno del Congreso de la República, que a más de uno hizo agachar la cabeza de vergüenza por la inconsistencia de sus argumentos y por la manera desesperada con la que se oponía a la investigación a César Álvarez con cantinflescos comentarios.

De los demás congresistas no se oyen voces en relación a este caso, salvo la de Modesto Julca que libra solitaria batalla y ha quedado expuesto a constantes ataques de la prensa sometida a la corrupción. Heriberto Benítez, a quien ya no se le ve tan seguido por nuestra ciudad, confirmó el temor de muchos chimbotanos que sabían que su empeñosa lucha a favor de Áncash en plena campaña electoral no respondían a nobles convicciones sino a otro tipo de intereses.

Asimismo, nos preocupa una alianza soterrada de tipo político que mantendría César Álvarez con el gobierno de Ollanta Humala, cuyo origen se remontaría a la crisis de gobernabilidad que se produjo durante los levantamientos antimineros en Cusco y Cajamarca. En esos días críticos, César Álvarez habría significado el contrapeso político que necesitaba Ollanta para controlar el peligro de ingobernabilidad que se cernía sobre el país, toda vez que no habría sido casual la aparición del Presidente Regional de Áncash por muchos medios de prensa nacionales, destacando la importancia para la región Áncash del millonario aporte del canon minero.

Esta forzada alianza sería la causa principal por la que se enterraron las fuertes críticas que hacía Ollanta Humala en contra de la corrupción en Áncash, que en Iquitos tuvo su mayor resonancia al afirmar con indignación en su discurso: “Lamentablemente en varias regiones del país la corrupción está vivita y coleando, ni qué decir en la región Áncash, donde no sólo hay corrupción, sino asalto a mano armada a los millones de soles que brinda el canon minero. No defraudaremos al pueblo ancashino que está esperando con ansiedad que mi gobierno destierre esa corrupción”.

Por todas estas consideraciones, nos preocupa sobremanera el avance mostrado por la corrupción en nuestra región, que no solamente ha sometido a la mayoría de los medios de comunicación, sino que pretende amordazar a quienes criticamos las formas violentas y criminales que utiliza para encontrar la impunidad y tener secuestrada a la justicia.

Hay intereses políticos y económicos muy poderosos que mantienen de pie a esta mafia corrupta, a pesar de las graves denuncias en su contra. ¿Podremos luchar contra ella con nuestra sociedad civil dividida y con nuestros actuales representantes temerosos o confabulándose con ella?

El caso “La Centralita”, que hubiera significado la caída de cualquier régimen corrupto en un pueblo que se hace respetar, ha dado muestras del gran poder que existe detrás de sus principales implicados al tratar de archivarlo a como dé lugar. No lo permitamos.

César Córdova Ponce

Director de la revista La Voz del Pescador

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