EDITORIAL SODOMCO. La palabra de Cristo debe hacer eco en el corazón del hombre
Creado el Martes, 3 de Junio del 2014 07:17:56 pm
Un Dios que prefiere ascender, dejarnos para que tengamos misericordia de los unos a los otros un Dios que no marca ni tiempos ni fechas para conocer sus designios pero que envía e impulsa con su propio obrar a que vayamos en busca del otro, del que vive a mi lado, del que cae y se levanta, del que no piensa ni profesa lo mismo que uno, que no nos quedemos mirando todo y no actuemos cuando la moción del Espíritu nos impulsa y violenta la sangre para ir al encuentro de Dios en la vida de mi hermano.
El encuentro de Dios con su pueblo se haya en el seno de su misericordia, en la invitación de entrar en la intimidad de Dios por medio de la Oración. El Papa Francisco en Tierra Santa invita a los presidentes de Israel y Palestina a rezar juntos en el Vaticano y que muy íntimamente dice: “Ofrezco mi casa en el Vaticano para acoger este encuentro de oración”, el encuentro con el otro, el encuentro con el que sufre el odio, la codicia por el dinero y la fabricación de armas.
Las palabras de Cristo hacen eco en el corazón del hombre, hoy se nos dice igual: “Qué hacen mirando al cielo, ustedes cristianos, no dejen nunca que el pasado les determine la vida, Miren siempre adelante trabajen y luchen por lograr las cosas que ustedes quieren. Sepan que la violencia no se vence con violencia. Se vence con la paz y la paz se alcanza con el trabajo, con la dignidad, con llevar una patria adelante en donde todos arrimen el hombro”.
Si este es el principio y el fin de nuestra existencia en la tierra, de interesarnos por el otro, de congregarnos en el Padre y para el Padre, de enseñar a guardar lo que nos han mandado a realizar. El Espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo se hará realidad cuando hagamos nuestra la gloria del Padre, cuando fijemos los ojos de nuestros corazones en Aquél que tiene poder, potestad y dominación no sólo en este mundo que pasa sino en el futuro manifestado en el compartir diario por el bautizo que nos regeneró y nos ha salvado.
Somos como los discípulos de Galilea, ahora somos esos discípulos que muchas veces vacilamos, que nos acercamos a Jesús con un corazón vacilante, es decir, no me reconforta porque me ciega mi desidia, porque no quiero reconocer que Él está al final de los tiempos y no permito que entorpezca mi camino y mi vida; tenemos un corazón que no se abre a la acción vivificadora del Espíritu.
Es tiempo ya, es hora de salir del letargo, del asombro, de quedarnos boquiabiertos mirando y no actuar, plantados pensando que Jesús no vendrá… está con nosotros porque marchó al Padre llevándose consigo nuestra condición humana, y de eso, no debemos dudar ni vacilar.
Vea el video del editorial de hoy:
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*Prior del Convento Santo Domingo, Cusco
Foto: lamisericordiadejesus.blogspot.com