Vergonzoso espectáculo tutelar
Creado el Viernes, 9 de Mayo del 2014 08:05:34 pm
Algunos medios saludan esta “rectificación”; este servidor asume que no es pertinente esta pseudorectificación; lo que sucede es que el paso que el Tribunal Constitucional da hacia atrás, se debe, primero, a que el CNM le “declara la guerra” por una evidente (y vergonzosa) intromisión y usurpación de funciones en detrimento de un organismo tutelar; sin embargo, lo más significativo ha sido la protesta mediática que avasalló el despropósito.
El artículo 154° de la Constitución ordena que: “Son funciones del Consejo Nacional de la Magistratura: 1. Nombrar, previo concurso público de méritos y evaluación personal, a los jueces y fiscales de todos los niveles.” Y agrega en su literal “2. Ratificar a los jueces y fiscales de todos los niveles cada siete años. Los no ratificados no pueden reingresar al Poder Judicial ni al Ministerio Público.” Es decir, el CNM es la única entidad (independiente) encargada de nombrar o separar magistrados.
El TC, errático, como lo recordábamos en nuestra columna de la pasada semana, en una clara usurpación de funciones, decidió avergonzar al país a través de tres de sus integrantes; hoy salen a dar un paso hacia atrás reconociendo su escasa solvencia académica, ética y profesional. Por eso es que concluíamos nuestra pasada columna con la irónica frase de “Ahora ¿quién nos salvará?” pues la duda queda sembrada entre nosotros, como sucedió el día de hoy cuando, en diálogo con un letrado que defiende un caso en cercanos ámbitos universitarios, sostenía que es una aventura el pensar en llevar su litigio hasta el Tribunal Constitucional.
Las declaraciones del presidente del TC, Oscar Urbiola en el sentido de que “Debo destacar que los magistrados, haciendo eco de las recomendaciones que hizo el Pleno, han trabajado con celeridad y expedido una resolución en la que se corrigen los excesos en los que se había incurrido”, tratando de dorar la píldora, de suavizar la dureza de las críticas que salen desde los más altos magistrados, pasando por académicos y hasta llegar al ciudadano de a pie.
En estas líneas, como estilamos permanentemente, lo sustancial es lograr que la ciudadanía, particularmente los jóvenes (quienes nos ayudan a soñar en un mañana distinto, mejor), reflexionemos, asumamos una actitud crítica, eduquemos al amigo, al vecino, al familiar, todo en búsqueda de un futuro muy diferente al que tristemente nos toca sufrir ahora.
José Cedeño León
Docente principal de la Universidad Intercultural de la Amazonía
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