¡Tremendo juez!
Creado el Viernes, 13 de Septiembre del 2013 01:24:44 am
Es en la Facultad de Derecho donde conocimos a docentes que eran verdaderos maestros, no les interesaba el color de la camiseta de sus alumnos, pues su cátedra no miraba tras el color de cristal alguno. Arnaldo Estrada (aprista) se identificaba con sus alumnos así estos fueran “rábanos”, del mismo modo que don Sigifredo Orbegoso (comunista) se convertía en el respetado maestro universitario, así como lo fueron esos grandes maestros de esa época. Nosotros estábamos nucleados alrededor de un gran estudiante, el entonces joven pensador, luchador persistente y todo un cuadro no solo de proyecciones futuras, sino también de un presente ejemplar; me refiero a Segundo Baltazar Morales Parraguez. Este joven líder pertenece a una promoción de sobresalientes, entre quienes ubicamos a Gerardo Etto Cruz, actualmente miembro del Tribunal Constitucional, del probado ex procurador anticorrupción Espino Méndez, también de un luchador como Wilfredo Saavedra, presidente del Frente Cajamarquino “antiConga”, entre otros personajes juristas o sobresalientes ciudadanos.
El Baltazar Morales estudiante paradigmático por su espíritu de luchador y pensador social, ya abogado, sigue una carrera meteórica y admirable, hasta que llega a la máxima magistratura: la Corte Suprema de Justicia. Pero él mismo se encarga de desmitificarse; hace pocos meses hace noticia cuando, en un colegiado de la máxima instancia jurisdiccional, desconoce lo que la CIDH había replicado al Estado Peruano: nada menos que argüía que los delitos del probado genocida no eran tales. Parecía una fea pesadilla enterarse que el amigo, el compañero de tantas luchas, el líder ideológico que en la universidad demostraba su consecuencia a prueba de todo, ahora defeccionaba en favor del personaje más controvertido de los últimos 22 años. Pero el ingrato desconsuelo, el condenable cambio llega a límites impresionantes cuando ayer nos informamos que admitió a trámite la solicitud del ex presidente Alberto Fujimori para cumplir su condena de 25 años de prisión en un domicilio.
Una cosa que exaspera es que si bien William Castillo Dávila, nuevo abogado del reo en prisión dorada, reconoció que no existe una base legal para sustentar la prisión domiciliaria de un condenado, afirmó que solo necesitaba “un juez inteligente y valiente que no se deje mediatizar por la presión política” para que se acepte la solicitud. Llama la atención e indigna que esto suceda luego de que importantes juristas, así como el ministro de Justicia o el procurador anticorrupción Julio Arbizu afirmaran que es imposible que se otorgue arresto domiciliario a un condenado (D. Leg. 638), porque esa es una medida preliminar solo para procesados, en tanto que Fujimori ya cumple una condena de prisión efectiva o para este caso la Ley 29499 que ordena su aplicación para reos que cumplen condenas menores a los seis años.
Finalmente, esta nota está dirigida a los jóvenes que deberán extraer una lección de lo que no se debe hacer en nuestro país si lo queremos distinto, justo, equilibrado y ajeno a todo despropósito.
José Cedeño León
Docente Principal de la Universidad Nacional Intercultural de la Amazonía
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