No sociedad salvaje ni caníbal, manos a la obra
Creado el Miércoles, 13 de Noviembre del 2013 07:23:49 pm
Hemos tenido casos muy escandalosos, como la muerte de la abogada Elizabeth Vásquez Marín a manos de su hija Elizabeth Espino, o la muerte de Miriam Fefer por orden presunta de algún hijo. Aunque no sabemos exactamente cuántos parricidios suceden por año, sin embargo es lamentable que los hijos quiten la vida a sus padres; esto nos aterra y nos involucra a realizar cierto análisis.
El siquiatra Martín Nizama, del Instituto Nacional de Salud Mental “Honorio Delgado”, indica que en esta sociedad postmoderna los jóvenes se han deshumanizado por la búsqueda inmediata de lo material y que la escala de valores se ha invertido, y los hijos ahora mandan en los hogares. Muy cierto el análisis, pero no podemos escuchar y quedarnos de brazos cruzados.
Es, sobre todo, responsabilidad de las autoridades que nos gobiernan evitar que esta degradación de valores continúe y que la violencia se afiance ganando más víctimas. En nuestra ciudad, Chimbote, semanalmente se registra una muerte producto de la violencia; el sicariato se viene imponiendo y la vida vale casi nada. Entonces, nos preguntamos: ¿qué está sucediendo con los niños y jóvenes que crecen con un matiz de violencia? Inmediatamente miraremos de qué hogares provienen: son hijos de padres separados, hijos de delincuentes o personas que han vivido en extrema pobreza; la situación es muy compleja.
Sin embargo, la violencia nace y se cultiva en los sectores de escaza educación y de menores recursos. Es allí donde el Estado tiene que volver la mirada, esforzarse por reducir la pobreza extrema, el analfabetismo y generar mayores oportunidades de trabajo y recreación. Para ello es importante insistir en el tema del deporte a fin de alejar a los niños y jóvenes de vicios como el pandillaje y la drogadicción. Como dice el aforismo, mente sana en cuerpo sano. Debemos ponerlo en práctica y considero que se combatirá parte de la violencia.
De otro lado, es importante el tema de la cultura, leer más, hacer participar a los jóvenes en eventos culturales de arte, música, actuación, ello promovido por las municipalidades; destinar un presupuesto para formar talleres culturales. Es hora de pensar en rescatar a los niños y jóvenes de los malos actos, para construir una sociedad moderna y de paz.
Hay quienes dicen que el grado de violencia se debe a la modernidad, a la tecnología, al materialismo, que el concepto “familia” se ha degradado al punto de tener cero valores. Puede ser, pero no creo que sea la justificación del nivel de violencia que vivimos. Hay otros factores más. Si bien la tecnología y la modernidad con el internet han ganado un gran espacio, donde los niños y jóvenes pasan buena parte de su tiempo entretenidos, no es menos cierto que dichos avances tecnológicos también han servido para obtener mayor conocimiento y estar mejor informados en tiempo real.
Lo que debemos hacer los padres es recuperar a nuestros hijos, con más comunicación y más afecto. El niño o joven cuyo padre le da bastante amor y confianza, son pocas las probabilidades que puedan surgir enfrentamientos con consecuencias de muerte, como lo sucedido con la empresaria María Castillo, víctima a manos de su hijo Marco Arenas Castillo, de 22 años.
Debemos evitar que se repitan esas tragedias, ahora nos cabe la responsabilidad de recobrar los valores en casa. Asimismo, fomentar el deporte en sus diversas disciplinas y hacer partícipes a niños y jóvenes; es allí que las municipalidades deben acercarse a sus vecinos y formar las academias deportivas en los diversos sectores. Fomentar los talleres de actuación, teatro, música, danza, etc. Eso permite que los niños y jóvenes refuercen los valores que se les inculque en casa. No podemos vivir en una sociedad salvaje o caníbal. Paremos la violencia, y eso depende de gobernantes y sociedad civil. Manos a la obra.
Sabino Ponce Roso
Decano del Colegio de Abogados del Santa
Escuche la versión radial de LA COLUMNA DEL DÍA
{audio}columnasabino201345.mp3{/audio}
Las opiniones contenidas en los artículos publicados en la sección “LA COLUMNA DEL DÍA” son de estricta responsabilidad de sus autores.