Creado el Miércoles, 27 de Noviembre del 2013 07:49:44 pm

¿Y cómo podemos llamar a un gobernante que tiene decenas de obras abandonadas, como el coliseo cerrado, cuyos fierros y estructuras están deteriorados y podrían ser demolidos? ¿Qué no paga a las empresas constructoras (cuyos trabajadores siguen reclamando sus remuneraciones) por haber destinado el dinero a otros fines, cuando dichas obras presupuestadas cuentan con los desembolsos respectivos en cada año fiscal?

Es lamentable ver a un gobernante desesperado por más dinero con el único afán de seguir haciendo proselitismo político y usar a los más pobres con regalos para que le sigan apoyando, sin darse cuenta que no hace más que herir la dignidad de gente humilde.

También le escuché decir que iba a agotar el diálogo hasta el final, buscando que el presidente Humala y el ministro de Economía le desembolsen 500 millones para las obras paralizadas, caso contrario, el paro se daba hoy sí o sí. Al respecto, los chimbotanos ya abrieron los ojos y no los seguirá engañando, pues quien apoya dicho paro es construcción civil, que se ha puesto a sus pies con dirigentes mediocres que gozan del poder de la corrupción. Igual, participa gente humilde que suele ser trasladada de otros lugares, previo pago por su participación, pero, ¿gente de pueblo que participe voluntariamente y sienta la lucha del presidente? Nadie.

Esto se debe a que el pueblo ha madurado. No es el mismo elector de hace 4 años, que fácilmente se dejó manipular, que creyó en sus justas luchas por Áncash, autodenominándose “El rebelde”. ¿De qué valieron esas luchas? De poco. La región Áncash es una de las más ricas, pero no se ven los resultados. Pocas obras de envergadura ha realizado, y hay muchas obras sobrevaloradas y de mala calidad.

Sin embargo, el tema de la corrupción y de los malos gobiernos no solo es de Áncash, sino también de otras regiones. Por dicho motivo el premier Villanueva ha manifestado que pronto propondrán una ley, en coordinación con los gobiernos regionales, para la redistribución del canon minero, para que haya mayor equidad, proporcionalidad y racionalidad en su distribución, dándole algo a los que pocos tienen, y reduciendo el monto a los que mucho tienen, pero que poco hacen. Ya imagino que volverán a realizar paros pretendiendo engañar al pueblo, diciendo que el gobierno central le ha quitado los recursos.

De lo que debería preocuparse y analizar el gobierno regional es de poner las cuentas claras, ser responsable en el manejo de los recursos, ejecutar las obras y pagar a las constructoras dentro del plazo, y olvidarse de hacer ‘caja chica’ para su campaña de re-reelección, porque el pueblo es sabio y, conforme le dio poder en dos ocasiones, esta vez le dirá adiós.

Los que queremos a Áncash, y más a Chimbote, tenemos la fe y la esperanza de tener nuevos gobernantes, con capacidad y gestión, para cambiar el rostro de la ciudad y hacer más obras, con menos plata. Por eso, aquellos que luchamos contra la corrupción, no somos traidores al pueblo. Los traidores son ellos, y el pueblo los juzgara, por el dinero y la sangre derramada.

Sabino Ponce Roso

Decano del Colegio de Abogados del Santa

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