Entre la incontinencia verbal y el quiebre de la institucionalidad
Creado el Viernes, 2 de Mayo del 2014 06:19:17 pm
La señora Nadine Heredia, cual gran diva, da una entrevista a una conocida revista –que tiene asegurada la venta de su doble tiraje; qué tal negocio! – demostró que la incontinencia verbal es un mal del cual padece, además, desde luego, de los gestitos triunfalistas cuando su esposo cambia premieres incómodos, por mandato de la gran señora. Entre otras perlas, la señora señaló que fue ella quien presionó a Ollanta para que éste, finalmente, se decida al “Locumbazo”, lo que, entre otras cosas semejantes, da un mensaje que corrobora todo lo que se dice de la Presid…, perdón, Primera Dama del país. Fue ella –contó– quien “empujó” a su entonces sobrino Ollanta para que éste le declarara su amor. Siempre en el mando. Incluso no tuvo reparos para comentar sobre la estrategia política –que debería ser mandato al interno de su “partido”– que utilizará en adelante. Sus viajes futuros al interior del país.
Lo anterior causará mucho revuelo; los políticos artesanales o fauna política local tienen mucho para dar de comer a los periodistas que también viven de esto. Mientras ello sucede, sale un obeso personaje que, siempre con ego colosal, araña atacando a una eventual competidora. Busca “ganarse alguito”. Niega que controla a gran parte de los magistrados del país, los de más alto cargo –más de un millón de dólares depositados en sus cuentas en Gran Caimán, por parte de Siragusa demuestran que el señor es impune, pese a las pruebas demostradas, pues SUS jueces nunca lo condenaron– …y sólo pasan unas horas y los hechos nos dan la razón.
Tres magistrados del Tribunal Constitucional cometen la vergonzosa imprudencia de colisionar con el Consejo Nacional de la Magistratura (CNM), usurpándole las funciones a éste. ¡Qué amargamente gracioso!, nada menos que desautoriza, en la práctica, al CNM al retirar el nombramiento de dos fiscales supremas para acomodar a dos magistrados conocidos por su blandura con cierto partido político. El TC emitió una sentencia en la que declara la nulidad de los nombramientos de las fiscales supremas Zoraida Ávalos Rivera y Nora Miraval Gambini que fueron hechos por el CNM. El fallo del máximo organismo constitucional del país declara fundado el recurso de apelación que había presentado el ex fiscal superior Mateo Castañeda en contra del CNM. Esa resolución también dispone nombrar a Castañeda Segovia como Fiscal Supremo y ordena al CNM que le expida el título y le tome juramento en el plazo de diez días. Esto es un claro caso de usurpación de funciones.
Pero esta no es la única “perla” del TC. En diciembre del 2010, el TC prohibió a los medios de comunicación divulgar o difundir grabaciones de conversaciones telefónicas sin previa autorización judicial o de los interlocutores, bajo sanción penal, en una clara actitud de mordaza lo que constituye una intromisión ilegítima en los medios de comunicación y afecta el derecho de los ciudadanos a conocer actos que socavan la democracia, propiciando la impunidad para la corrupción.
En el tintero está el caso de noviembre del 2006, cuando el TC había dicho que la píldora de anticoncepción oral de emergencia (AOE) no era abortiva, tiempo después se desdijo y no tomando en cuenta informes de instituciones como la Organización Mundial de la Salud y el Colegio Médico del Perú, prohibió la distribución de la AOE. También ordenó a los laboratorios incluir en su posología que ésta “podría ser abortiva”. Cunde el desconcierto y nos sentimos desprotegidos; sólo nos queda preguntarnos… y ahora ¿quién nos defenderá?
José Cedeño León
Docente principal de la Universidad Intercultural de la Amazonía
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