Cómo se genera el espíritu “antisistema”
Creado el Jueves, 8 de Agosto del 2013 08:31:04 pm
Y es penoso ir de escándalo en escándalo. No hay una semana completa en que no salte un nuevo escándalo donde los políticos improvisados que tenemos en nuestro país sean protagonistas. Esta vez les tocó a quienes hacen 14 meses eran: un ministro de Justicia (Juan Jiménez Mayor), el procurador del Estado para el caso “Chavín de Huántar” ante la CIDH (Pedro Cateriano), la hoy destituida titular de la Tercera Sala Penal Liquidadora, doña Carmen Rojjasi. Todos ellos tuvieron como anfitrión al célebre César San Martín, a la sazón, presidente del Poder Judicial; el motivo: arreglar una sentencia tan mediática como emblemática, la condena a “los gallinazos”, aquel grupo acusado (con muchas evidencias y fuertes testimonios) de ejecuciones extrajudiciales en lo que debió ser una impecable operación por la retoma de la embajada de Japón, aquel 22 de abril de 1997. Grupo dirigido por Montesinos y Fujimori que se entrometió en el operativo.
Recordemos un poco. Hubo testigos que dijeron haber visto vivos en pleno operativo a los jóvenes que, equivocadamente, participaron en la asonada terrorista que llevó al MRTA a tomar la embajada de Japón. Es más, renombrados peritos determinaron que, por lo menos, el terrorista “Tito” fue ejecutado tras haberse rendido. La lógica nos permite deducir que los demás terroristas, en su mayoría también sufrieron la ilegal incursión de un grupo de élite comandados por Huamán Azcurra, y que compromete a Zamudio, Hermoza Ríos y Montesinos; individuos estos que solo ensuciaron un operativo que estuvo a punto de ser paradigmático en cuanto a operativos de contrainsurgencia se refiere.
Recordamos que la jueza Rojjasi, tres días antes de dictar sentencia favorable a “los gallinazos” fue prácticamente destituida; pero dicha sentencia fue corroborada por el juez San Martín hacen unos 20 días, fallo coherente con las directivas (o sucios acuerdos bajo la mesa) de lo conversado en el almuerzo del 31 de mayo del 2012, ratificó la (escandalosa) absolución de Hermoza, Huamán y Montesinos. El argumento esgrimido en aquella ocasión fue el no poner al Perú como tercero responsable de esos delitos de lesa humanidad.
Sin embargo, al suscrito le resulta sintomático el hecho de que es el mismo juez, tan famoso por haber sentenciado a Fujimori, abogando por la inocencia de sujetos tan conocidos por sus prácticas genocidas, tan condenados por dirigir planes en la llamada “guerra de baja intensidad”. Si nosotros revisamos bien la legislación penal, concluiremos que el fallo emitido por San Martín, para el caso Fujimori, es injusto, pues lo justo no eran los 25 años, sino una pena mucho mayor. Pero San Martín sólo es el mal ejemplo para jueces como el que ordena detención para el señor Soto, joven empresario que hacen dos días ultimó, en defensa propia, a un prontuariado delincuente que asaltaba su restaurant…¡¡¿¿en qué país vivimos?!!
Cosas como estos escándalos generan un espíritu antisistema, y después estamos dirigiendo discursos contra los “antisistemas”. ¿Cómo nos entendemos?
José Cedeño León
Docente Principal de la Universidad Nacional Intercultural de la Amazonía
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