Papa Francisco: "El Espíritu Santo nos invita a no perder la fe"
Creado el Domingo, 5 de Junio del 2022 03:04:39 pm | Modificado el 02/08/2024 10:58:35 am
El papa Francisco, en la homilía de la misa de Pentecostés en la Basílica de San Pedro, recordó que el Espíritu Santo, es concreto, no es idealista y quiere que nos concentremos en el aquí y ahora, porque el sitio donde estamos y el tiempo en que vivimos son los lugares de la gracia.
El santo padre pidió que "entremos en la escuela del Espíritu Santo, para que nos enseñe todo. Invoquémoslo cada día, para que nos recuerde que debemos partir siempre de la mirada de Dios sobre nosotros, tomar decisiones escuchando su voz, y caminar juntos, como Iglesia, dóciles a Él y abiertos al mundo".
Afirmó que la amargura, el pesimismo y los pensamientos tristes que se agitan dentro de nosotros, vienen del mal, nunca vienen del Espíritu Santo. En cambio, el Espíritu Santo, nos hace reaccionar, nos invita a no perder nunca la confianza, la fe y a volver a empezar siempre.
“Eres hijo, eres hija de Dios, eres una criatura única, elegida, preciosa, siempre amada; aunque hayas perdido la confianza en ti mismo, Dios confía en ti”, manifestó.
Además, Francisco dijo que el Espíritu "nos hace ver todo de un modo nuevo, según la mirada de Jesús. "En el gran viaje de la vida, Él nos enseña por dónde empezar, qué caminos tomar y cómo caminar".
"El mal espíritu, en cambio, te empuja a hacer siempre lo que tú quieras y te guste; te lleva a creer que tienes derecho a usar tu libertad como te parezca. Pero después, cuando te quedas vacío interiormente, te acusa y te tira al suelo. El Espíritu Santo, que te corrige a lo largo del camino, nunca te deja tirado en el suelo, sino que siempre te toma de la mano, te consuela y te alienta", aseveró.
El sucesor de Pedro comentó que el espíritu mundano nos presiona para que sólo nos concentremos en nuestros problemas e intereses, en la necesidad de ser relevantes, en la defensa tenaz de nuestras pertenencias nacionales y de grupo.
“El Espíritu Santo nos invita a olvidarnos de nosotros mismos y a abrirnos a todos. Y así rejuvenece a la Iglesia. Pero pongamos atención, es Él quien la rejuvenece, no nosotros. Porque la Iglesia no se programa, y los proyectos de renovación no bastan. El Espíritu nos libera de obsesionarnos con las urgencias, y nos invita a recorrer caminos antiguos y siempre nuevos, los del testimonio, la pobreza y la misión, para liberarnos de nosotros mismos y enviarnos al mundo", finalizó. (L.U. – RSD Noticias).