La Palabra del día 28 de julio del 2015
Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:28:17 pm
el campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del reino; la cizaña son los partidarios del Maligno; el enemigo que la siembra es el diablo; la cosecha es el fin del tiempo, y los segadores los ángeles. Lo mismo que se arranca la cizaña y se quema, así será al fin del tiempo: el Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y arrancarán de su reino a todos los corruptores y malvados y los arrojarán al horno encendido; allí será el llanto y el rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga.Reflexión. Los discípulos tienen privilegios que no tienen el resto de las personas, uno de ellos es la mayor comprensión de las enseñanzas del Señor.
1. Siete elementos. El sembrador, el campo, la buena semilla, la cizaña, la siega y los segadores. De estos elementos se sirve Jesús para hablar en parábolas de la realidad definitiva del Reino de los cielos, donde los justos permanecerán para siempre en la presencia de Dios.
2. Rechazo. Dios respeta la libertad del ser humano. La libertad es uno de los dones más preciosos que el Señor no se atreve a quebrantar. Nos creó dándonos la capacidad de aceptarle o de rechazarle. Si no le aceptamos, él no es que nos castiga, simplemente nos quedamos sin él.
- Los creyentes somos la buena semilla. Con la ayuda de Dios fructifiquemos servicio y fraternidad, para construir una sociedad y un Perú mejor. ¡Feliz fiesta patria!
Primera lectura: Éxodo 33,7-11;34,5b-9.28. En aquellos días, Moisés levantó la tienda de Dios y la plantó fuera, a distancia del campamento, y la llamó tienda del encuentro. El que tenía que visitar al Señor salía fuera del campamento y se dirigía a la tienda del encuentro. Cuando Moisés salía en dirección a la tienda, todo el pueblo se levantaba y esperaba a la entrada de sus tiendas, mirando a Moisés hasta que éste entraba en la tienda; en cuanto él entraba, la columna de nube bajaba y se quedaba a la entrada de la tienda, mientras él hablaba con el Señor, y el Señor hablaba con Moisés. Cuando el pueblo veía la columna de nube a la puerta de la tienda, se levantaba y se prosternaba, cada uno a la entrada de su tienda. El Señor hablaba con Moisés cara a cara, como habla un hombre con un amigo. Después él volvía al campamento, mientras Josué, hijo de Nun, su joven ayudante, no se apartaba de la tienda. Y Moisés pronunció el nombre del Señor. El Señor pasó ante él, proclamando: Señor, Señor, Dios compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia y lealtad. Misericordioso hasta la milésima generación, que perdona culpa, delito y pecado, pero no deja impune y castiga la culpa de los padres en los hijos y nietos, hasta la tercera y cuarta generación. Moisés al momento, se inclinó y se echó por tierra. Y le dijo: Si he obtenido tu favor, que mi Señor vaya con nosotros, aunque ése es un pueblo de cerviz dura; perdona nuestras culpas y pecados y tómanos como heredad tuya. Moisés estuvo allí con el Señor 40 días con sus 40 noches: no comió pan ni bebió agua; y escribió en las tablas las cláusulas del pacto, los diez mandamientos.
Salmo 102. El Señor es compasivo y misericordioso. El Señor hace justicia y defiende a todos los oprimidos; enseñó sus caminos a Moisés y sus hazañas a los hijos de Israel. El Señor es compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia; no está siempre acusando ni guarda rencor perpetuo. No nos trata como merecen nuestros pecados ni nos paga según nuestras culpas. Como se levanta el cielo sobre la tierra, se levanta su bondad sobre sus fieles. Como dista el oriente del ocaso, así aleja de nosotros nuestros delitos. Como un padre siente ternura por sus hijos, siente el Señor ternura por sus fieles.
Fray Luis Galindo,O.P.