EDITORIAL RSD | Pedro Castillo y la necesidad de mejores cuadros para generar gobernabilidad
Creado el Domingo, 8 de Agosto del 2021 07:33:04 pm
Esta semana, ante recientes –y próximas– designaciones en puestos de alta dirección en el gobierno del presidente Pedro Castillo, la Autoridad Nacional del Servicio Civil (Servir) hizo precisiones respecto a los parámetros normativos vigentes para la incorporación de personal de confianza.
Servir ha recordado que para la incorporación de personal de confianza sin previo concurso público de méritos –es decir, a dedo– es necesario verificar una serie de condiciones establecidas por ley, las cuales apuntan a lograr un Estado profesional y meritocrático.
Leyendo entre líneas, lo que en buena cuenta ha dicho Servir es que el Estado no puede ser visto como un feudo particular o como una agencia de empleos del cual el partido de gobierno pueda disponer a su antojo.
Y es que en la primera semana del nuevo gobierno se han producido algunas designaciones irregulares de determinados funcionarios, lo cual –en algunos casos– ha sido rectificado luego de que la prensa lo pusiera en evidencia.
Servir ha recordado que para la incorporación de personal de confianza, primero, debe existir un cargo no ocupado previsto en el CAP Provisional; segundo, el número de cargos de confianza no puede exceder el 5% de los servidores públicos con los que cuenta cada entidad y tampoco pueden ser más de 50, y tercero, la persona designada tiene que cumplir con los requisitos establecidos para el cargo que ocupará, lo cual debe figurar en el Manual de Clasificador de Cargos, o en el Manual de Organización y Funciones, o en el Manual de Perfiles de Puestos, según sea el caso.
Adicionalmente, debe ajustarse al Perfil de Puesto, que reúne los requisitos mínimos para desempeñar el puesto de trabajo, además de consignar las funciones y responsabilidades a cumplir, así como los requisitos de formación académica, habilidades y experiencia necesarias de la persona designada. Ajustarse a dicho perfil –remarca Servir– es una “obligación indispensable incluso para los cargos de confianza”.
Sin embargo, no ha habido en el gobierno el criterio suficiente, razonable, ético y legal para darse cuenta de a quién designa y a quién no. Como ya está visto, en el Estado hay un marco legal que no se puede saltar. No se puede hacer lo que le da la gana, no se puede contratar a los amigos o a los partidarios por el solo hecho de serlos.
El presidente ha prometido hacer un seguimiento de manera “oportuna y permanente” a todas las personas que han llegado a contribuir a los ministerios. “No les vamos a ceder un centavo para que roben al país”, ha dicho.
Siendo así, debería tomar en cuenta las consideraciones de Servir. No basta con que el funcionario designado a dedo goce de su confianza, sino que además reúna los requisitos ya señalados. Todo ello “reduce las probabilidades de un mal desempeño en la función pública, evitando el ingreso de personas que no cumplan con los perfiles necesarios para el cargo”.
En un ambiente tan polarizado, debería ser imperativo para el gobierno poner a los mejores cuadros con la finalidad de generar gobernabilidad. Y eso debería alcanzar al Gabinete, pues en el conjunto de las designaciones hay ministros cuestionados. Lo de Guido Bellido es el caso más controvertido. El gobierno debe entender que no está jugando su mejor carta de cara a lo que será su próxima presentación ante el Congreso: homofóbico, misógino y con una investigación fiscal por apología al terrorismo. Es un acto de provocación poner a un premier con ese “currículo”.
Cuando uno se equivoca, corrige. En este tiempo que falta para la presentación ante el Congreso, el presidente debería hacer una revisión de aquellas designaciones cuestionadas.
Radio Santo Domingo – RSD
Foto: Información Center