LA COLUMNA DEL DÍA | El virus y las cuentas por pagar (2/2)
Creado el Viernes, 10 de Abril del 2020 10:46:37 am
La semana pasada mencionamos algunas generalidades de los costos que se deberán asumir luego de la crisis. Las crisis acentúan los problemas. Nuestra precaria institucionalidad enfrentará muchos retos y toda la arquitectura del Estado también. El Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (MIDIS) tenía como activo social más importante a la anemia, si antes ya era un trabajo mayúsculo, hoy esta tarea deberá coincidir con una agenda compartida con otros efectos sociales que provienen de la lucha contra el Covid-19.
Así pues, en el caso de Pensión 65, ya no será únicamente exigible una transferencia, también será demandante un acompañamiento a personas de alto riesgo de contagio del virus. En consecuencia, no solo se necesita un Estado atento, sino, también, uno que diversifique su labor, o, dicho de otro modo, que amplíe sus funciones y que las especialice. Ese desafío no es exclusivo para una cartera sino para todas y pone a prueba los límites del aparato.
Históricamente los problemas económicos no los hemos originado nosotros, han sido delegados o heredados de afuera. Esto en virtud del lugar del Perú en sus actividades primario-exportadoras y, también, de su desempeño fruto de la dependencia de su economía. La fotografía más cercana de lo que vivimos actualmente fue el primer gobierno de Alan y la llegada de El Niño en 1983, para aquel entonces hubo un descalabro sin precedentes que, conjuntamente con la huida de capitales y el incremento del dólar, ocasionaron el desastre que todos conocemos.
Pero solo puede ser una fotografía cercana porque la pandemia del Covid-19 es mucho más grande. El Niño estaba localizado geográficamente y el Estado tenía una forma más precisa en su intervención. Con este virus no se puede, es invisible y, peor aún, ya se encuentra en casi todos los departamentos del Perú.
El problema de la reactivación económica son las condiciones del mercado ya que todo en él ha sido golpeado. El PBI de China para la fecha de hoy habrá sufrido mucho en ambos trimestres asimilando una caída considerable de varios puntos.
Pero no solo China, la propia cooperación Norte-Sur (países desarrollados y en vías de desarrollo) tendrán una mecánica distinta pues países desarrollados, contando con sistemas de salud muy superiores al nuestro, también han padecido muchos costos económicos y sociales. Europa está dañada y demorará en recuperarse. Italia desconfía de la Unión Europea por no asistirle como debía, el acuerdo Schengen está roto, surgen las críticas a Alemania por su poca ayuda a España y hoy se cuestiona seriamente el rol de la Unión Europea y su utilidad como comunidad. De hecho, ni siquiera la propia Comisión Europea puede unificar criterios y obligar a los gobiernos a cooperar.
El Covid-19 no es gradual, es un shock. Ha sido un shock la paralización de las actividades del sector público y privado. Como todo shock este tiene una fórmula: cuanto más rápido terminemos, más rápido saldremos. El único actor que puede ayudar en esta situación es el Estado.
No existe una cirugía fina para el problema que enfrentamos, lamentablemente habrá pérdidas, en todos los sentidos. Aunque dañados, no vencidos, por las herramientas que contamos para seguir adelante. Aunque nuestra recuperación no será inmediata, saldremos de esta.
En los últimos años la labor ha recaído en macroeconomistas, hoy la solución es interdisciplinaria. No hay espacio para el error y todos y todas debemos contribuir en los efectos potenciales y reales de nuestro país, del mundo y del tiempo que nos toca vivir.
Ilustración: www.peru-retail.com/
* Diego Mendoza Franco es ingeniero industrial, egresado del Programa de Gobernabilidad, Gerencia Política y Gestión Pública de la PUCP y el CAF, coordinador del Círculo de Relaciones Internacionales y Derechos Humanos Aleph, promotor de los ODS por el Senado de Buenos Aires, Parlamentario Joven Nacional y activista social.