Mujeres todo terreno: Adela y Mercedes, protagonistas del desarrollo agrario del Valle Ñepena
Creado el Martes, 8 de Marzo del 2022 09:50:30 am
Sonrientes y tímidas caminan por el vivero más grande que tiene el caluroso distrito de Moro, a 1 hora de Chimbote en la región Áncash. Sus manos demuestran que ambas trabajan la tierra. Y no desde ahora, sino desde siempre. Adela y Mercedes, mujeres de 43 y 47 años, respectivamente, contribuyen a la agricultura del Valle de Nepeña.
Ambas nacieron en el distrito de Pamparomás, en la sierra ancashina, son vecinas del barrio El Arenal en Moro y hace 4 años coincidieron en el Servicio para el Desarrollo Integral Rural (Sedir), donde laboran en diferentes actividades.
Ellas se hacen cargo, por ejemplo de regar los más de 50 mil plantones de mango, palto y pitahaya que hay en el vivero de Sedir. Cada vez que salen a campo suben cerros, se meten entre la frondosidad de los árboles, soportan frío o calor para podar, injertar y cicatrizar las plantas. A veces cargan bolsas llenas de sustrato, desplazan carretillas cargadas de plantones y llegan hasta los rincones más inhóspitos del valle para instalarlos. “El trabajo rudo, no solo lo hacen los hombres”, señala Mercedes.
El distrito de Moro y el valle de Nepeña es la zona productora de Áncash más importante de palta y mango que genera miles de puestos de trabajo. La región es la segunda exportadora de mango y quinta en palta a nivel nacional. De ahí la importancia de la labor de ambas mujeres que trabajan la planta desde su etapa de germinación, instalación en campo definitivo, mantenimiento de los árboles y cosecha.
Adela cuenta que le hubiese gustado estudiar ingeniera agrónoma. Sin embargo, sus padres fallecieron cuando ella tenía 7 años y sus hermanos mayores solo la ayudaron hasta el primer grado de secundaria. “Con todo lo que he aprendido y sé de las plantas sería de las primeras alumnas de la clase”, resalta con firmeza. Mientras que Mercedes espera fervientemente que su pequeña Leisy de 8 años estudie una profesión. “Siento que mis hijos son muy felices, me quieren y se preocupan por mí. Eso es mi más grande orgullo”, comenta.
“Todo lo que ve, es lo que yo he injertado”, dice Adela con admirable orgullo mientras muestra los miles de plantones de palto y recorremos el vivero. Al día puede injertar de forma impresionante más de 800 plantas con precisión quirúrgica y su porcentaje de éxito (brote de la nueva planta) es del 96 %. Es toda una profesional en el injertado tipo inglés o doble lengüeta. “Las mujeres somos luchadoras, (…), cuando llego a mi casa todavía hay muchas cosas para hacer. ¡Las mujeres trabajamos más que los varones!”, exclama.
Según el Censo Nacional Agropecuario 2012, realizado por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), el 28 % de las mujeres no tiene nivel alguno de educación, el 45 % solo tiene primaria y apenas 2 de cada 10 mujeres tienen educación secundaria. Una brecha que hace más difícil el trabajo de las mujeres en el campo.
El censo también detalla que la participación de las mujeres en la actividad agropecuaria es del 30 %. Es decir, de cada 10 personas que trabajan en la zona rural, 3 son mujeres. Cifra que aumentó notoriamente respecto a años anteriores. Además, Áncash es de las regiones con mayor participación de mujeres en la actividad agropecuaria con un 35 %. (M.E. - RSD Noticias).