Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:32:30 pm

Ya tiene su resonancia y estamos invitados, como él mismo lo ha dicho su mensaje, a trabajar ya que su importancia no es solamente para el mundo cristiano sino también para toda la humanidad.

Por ello voy a comentar del escenario mundial y los principales aportes de esta encíclica ustedes sabrán que el G7 ha emitido un comunicado prometiendo eliminar los combustibles fósiles antes del fin de siglo, lo que equivale ponerle fecha de vencimiento a las empresas más poderosas que ya existe. También un informe de la Agencia Internacional de Energía advirtió que hasta el momento las promesas de reducción de gases en efecto invernadero que cada país tiene que presentar antes de octubre no alcanzan para que zafemos de un alza de la temperatura inferior a los dos grados centígrados considerado el límite menos catastrófico en nuestro planeta.

El próximo mes de diciembre se llevará a cabo la Conferencia sobre el Cambio Climático en París y tiene como horizonte descarbonizar nuestras economías, nada más ni nada menos que el mundo al que estamos mal acostumbrados.

En setiembre en el Capitolio podrán verse el rostro el Papa Bergoglio y los republicanos que dudan del cambio climático y también cuando el pontífice se dirija la Asamblea General de la ONU. Para apoyarlo se está gestando para el 24 de septiembre, una gigantesca vigilia en Nueva York que, aseguran, tenga gran impacto y una dimensión histórica.

Este es el contexto en el que sale esta encíclica del Papa y quisiera a también destacar que tiene como nombre ‘Alabado Seas’ es decir ha sacado del Cántico de las criaturas de San Francisco de Asís ‘Alabado seas mi Señor’, tal como lo indica en la misma introducción de la encíclica y con eso nos invita a no ser indiferentes y nos llama a unirnos en una misma preocupación. Para ello el Papa subdivide su encíclica en seis capítulos: El Cuidado de nuestra casa, El Evangelio de la creación, La raíz humana de la crisis ecológica, La ecología integral, Las líneas de acción -que él está sugiriendo-, La educación y la Espiritualidad ecológica. Es decir el Papa pide cambios profundos en los estilos de vida, los modelos de producción y consumo y las estructuras del poder.

Quiero sacar especial relieve en uno de los capítulos transversales de esta encíclica es: La dimensión moral o La dimensión ética, que tiene el cuidado de nuestro planeta. Está urgencia es inaplazable está demostrado que la sola ciencia no puede resolver este gran problema, sino que ya es una cuestión moral de primera magnitud. Es decir el Papa se refiere mucho al antropocentrismo desquiciado que impide comprender cuál es el lugar del ser humano en el mundo y su relación con la naturaleza. En ese sentido pide que la economía y la política estén siempre al servicio de la vida.

Vamos a profundizar más adelante y ojalá, a través de nuestras emisoras dominicas, se pueda ver cada uno de los aspectos de cómo va esbozando el Papá el cuidado del medio ambiente, por ejemplo se refiere también al fracaso de las costumbres mundiales sobre medio ambiente y a las que el interés económico llega a prevalecer sobre el medio común.

Miren que en el modernismo se defendía mucho la ciencia y hasta la actualidad vemos que la ciencia no ha resuelto los principales problemas de la sociedad.

Por eso hermanos y hermanas en este cuidado del medio ambiente el Papa nos anima a los cristianos a ser protectores de la obra de Dios porque es parte esencial de una existencia virtuosa. Es decir, todos estamos llamados a cuidar el medio ambiente y la encíclica solamente necesita de la acción y de la ejecución en la vida cotidiana que cada uno de nosotros debemos realizar.

Muchas gracias.

Ilustración: internet

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