Sobre qué diablos escribir
Creado el Jueves, 12 de Junio del 2014 03:54:06 am
Como el suscrito suele dormir hasta las once de la mañana (mi chamba de llenador de minivan en la ruta a Tortugas empieza recién a mediodía), imaginarán las lamentables condiciones en que este cimarrón estira el brazo desde su cama para coger su laptop, encenderla y balbucear o leer (cualquiera sea el caso) algún texto que se le haya ocurrido escribir durante la madrugada. Así, no pocas veces me he quedado dormido durante la tanda comercial, mientras espero el momento de salir al aire vía telefónica. El asunto se torna insufrible cuando la noche anterior la pasamos entre bosques de botellas azules y en tertulias insondables que se prolongan hasta la llegada del alba (ustedes comprenderán).
Pero el problema no consiste únicamente en abrir los ojos al nuevo día en horarios francamente criminales; la falta de tiempo también nos atropella, nos aturde y nos anula –lamentablemente– casi siempre. Sin embargo, lo peor que puede pasar es que existan días (como hoy) en que –por más que uno se esfuerce y le ponga punche– ninguna maldita idea llegará hasta nuestro cerebro para ser reelaborada, interpretada y posteriormente convertida en columna periodística, crónica o por último cualquier atadito de palabras de condición ‘decente’ que uno pueda compartir con los demás.
Hoy, por ejemplo, he dado mil vueltas al interior de ‘La Resistencia’, mil vueltas desesperadas durante la mañana, la tarde (aún no llega la noche), pensando sobre qué ‘eme’ escribir. Y nada, como verán he fracasado de nuevo. Como a las nueve pensé redactar algo sobre la multimillonaria universidad local donde no se investiga, más tarde inicié un texto –que ahora descansa en el cesto de papeles obsoletos– sobre la ética periodística y el rol de los comunicadores sociales de mi ciudad en éstos los “tiempos del cólera”, la corrupción y la desidia ciudadana. Después del almuerzo empecé a reseñar “Salvador Dalí. Diario de un genio”, el nuevo libro que estoy leyendo; pensé elaborar un texto sobre las broncas de los reciclados militantes de diversos partidos políticos durante los dominicales ‘lavados de bandera’ en la Plaza de Armas; finalmente, Laura Urbina, amiga periodista que ‘baja’ siempre por las siembras de libros, sugirió redactar algo sobre la Unión Civil (y no es mala idea)…
¿Y si escribo sobre las playas (y cabezas huecas) donde se desmorona el mundo?, ¿si redacto algo sobre los soldados ebrios que eructan en las plazas y vomitan sobre el hermoso libro de las costumbres populares?, ¿por qué no enhebrar un texto alrededor de las ciudades que lloran, de las urbes pestilentes cuyos ciudadanos agachan sus cabezas serviles y vacías? Debería escribir algo sobre mi entrañable y pequeño Paul, cuyo cumpleaños es mañana. No sería mala idea elaborar unas líneas sobre el clímax del verso, el incendio de los vocablos, sobre las cenizas a que se han reducido las modificaciones de la RAE… ¿Y si escribo sobre mis recorridos ilegales y nocturnos al interior del cementerio de Chimbote?, ¿cómo hacer para que el canto de los pájaros azules, que agudizan su silencio convirtiendo su trino en rebeldía pura y ciega, pueda ser llevado al papel en blanco en cuestión de minutos?
Sobre qué ‘eme’ escribir, that’s the question; quienes se pasan la vida frente un papel en blanco saben bien cómo es esto. Pero mejor hablamos otro día… Seguimos informando.
Augusto Rubio Acosta
Escritor y periodista
Foto: elsindromedelahojaenblanco.wordpress.com
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